Sobre el papel, la película de Manuel Gómez Pereira, escrita con sus habituales Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano, versa sobre una ceremonia rompedora: una boda colectiva de parejas de homosexuales en Madrid.

Pero esta situación, que no es la de partida sino la de llegada, se revela un pretexto, una especie de McGuffin para construir, en espacios y tiempos paralelos, las relaciones que algunos de estos jóvenes homosexuales mantienen con sus madres. De padre sólo aparecen dos, y uno es policía (lo interpreta Tito Valverde, el comisario televisivo), aunque no se opone a la legalización de la relación de su hijo con otro hombre, y el otro (Lluís Homar), jardinero de la madre de su futuro yerno. Estamos en el terreno de la comedia sofisticada en la que todo es posible. La película está diseñada un poco al estilo de los relatos de vidas cruzadas, ya que no todos los personajes se conocen entre sí y algunos aparecen en el mismo escenario que otros acaban de dejar. El planteamiento no ofrece especial relieve en cuanto a la opción sexual de los protagonistas masculinos. De hecho, podría tratarse de una comedia heterosexual y pocas cosas variarían.

En este sentido, Gómez Pereira no duda en alimentar mejor el protagonismo de las madres. Ellas tienen más relieve dramático y afectivo, más dudas y soluciones, más escenas intensas. Gómez Pereira adora a Howard Hawks, y guiños aparte (el perro extraviado cumple una función similar a la del leopardo de La fiera de mi niña ), adopta su misma postura en cuanto a la supremacía dramática y cómica de sus mujeres.

El cineasta se siente cómodo con Marisa Paredes, Carmen Maura, Mercedes Sampietro, Verónica Forqué y Bettiana Blum, las madres en cuestión, y no duda en realizar chistes privados a su costa. Paredes, que encarna a una actriz, asegura en un momento que está curada de todo espanto porque ha trabajado con Almodóvar y, en una fiesta, un individuo la confunde con ...¡Carmen Maura!