Durante muchos años, demasiados, dice, "el código de vida" de Ricky Martin giraba en torno a una obsesión: "Ser el primero, el que más público congrega, el que más vende". Y vaya si lo consiguió: 70 millones de discos en todo el mundo (1.600.000 en España), un concierto ante 55.000 personas en Nueva Delhi... "Los números no mienten y llegué a sentir vértigo. Pero después de una catarsis, de purificarme, he vuelto a nacer".

Así de profundo se presentó el cantante puertorriqueño en Barcelona para presentar su nuevo disco, cuyo título ya deja bien claro que no sólo su música ha cambiado: Life .

DOS AÑOS DE SILENCIO

Con este décimo desembarco rompe dos años de silencio (el último precisamente fue Almas del silencio ). Y lejos, muy lejos, quiere dejar la imagen de megaestrella latina que arrasa con estrofas del tipo "un, dos, tres, un pasito pa´lante, María".

En realidad, Life no es el primer trabajo que publica en inglés. En el 2000 probó fortuna con Sound loaded , y, aunque no tuvo la repercusión que se esperaba, ahora resurge "dispuesto a cruzar todavía más fronteras".

Le gusta remarcar que firma siete de las nuevas canciones y que es un disco "callejero y cosmopolita", que delata su nueva pasión por las fusiones, colaboraciones y arreglos sofisticados. "Grabé con 16 monjes budistas en la India", recuerda. Y con una orquesta egipcia, que se mezcla con un sitar y programaciones electrónicas, en concreto en la pieza Til I get to you .

Entre los productores que ha reclutado, destacan desde George Noriega hasta Danny López, Scott Storch y Luny Tunes. "Por primera vez en mi carrera he podido parar para hacer la música que realmente quería. Me he perdido por las calles de Egipto, India, Jordania, Brasil y Japón. No tenía itinerario, y el viaje fue tanto exterior como interior".

Martin admite que "el artista se olvidó del niño que a los 12 años (cuando pertenecía al grupo Menudo) se montó en un avión y nunca volvió". La vorágine de la industria, "tan competitiva", acabó devorándole. Pero ahora, insiste, es otra persona. ¿Acaso su vida de antes era una farsa? "No, no. Ese también era yo. En ningún momento me he puesto una careta", subraya.

PALETA MULTICOLOR

El cantante sostiene que Life es "un disco global", una paleta multicolor que incluye pinceladas de rock, hip hop, sonidos orientales y, aprovechando el boom del momento, hasta de reggaeton. De hecho, el primer sencillo va por esta onda. En la versión castellana (hay dos piezas traducidas) la titula Qué más da , y cuenta con la colaboración de Fat Joe.