Shakira da un nuevo paso en su estrategia de dominación con un disco, Oral fixation vol. 2 , en el que firma la producción, la mayor parte de las canciones y el diseño gráfico. La colombiana se reafirma como superwoman que atiende todos los frentes: música, imagen y negocio. El disco, que salió el pasado lunes a la venta, toma el relevo de Fijación oral vol. 1 , lanzado hace cinco meses, con 11 canciones en inglés.

"Cuando empecé, con 13 años, era una niña en una industria de hombres adultos, pero tenía claro lo que quería: ganarme el respeto y la credibilidad. Yo soy mi propia capitana; mi supervisora de calidad", explica Shakira, de 28 años, que logra transmitir una sensación de cierto control de su propio destino poco común en el pop comercial (y en el frente latino). "El proceso creativo debe ser íntimo --asegura--. Durante la creación del nuevo disco no vino nadie de la compañía para intervenir. Cuando terminé el trabajo les dije: ´Ahora ya pueden escucharlo´. ¡Hechos consumados!".

PROYECTO EN DOS PARTES

Oral fixation vol. 2 cierra una obra que Shakira ve unitaria y compacta; dos discos de edición espaciada pero concebidos a la vez. "Los veo como hijos de un mismo vientre; como mellizos", señala, y apunta algunas diferencias. "El primer volumen es un poco más orgánico; éste tiene elementos más rockeros y electrónicos. Pero no creo en la unidad sonora de un disco. Para mí, la música tiene que ser un espacio libre". Sorprende, no obstante, el factor rockero de la nueva entrega, que cuenta con Santana y Gustavo Cerati (ex-Soda Stereo) como invitados, y repite producción ejecutiva de Rick Rubin.

"Cuando, hace dos años, empecé este proyecto no contaba con que acabaría componiendo 60 canciones. Necesitaba apoyarme en alguien, y yo siempre admiré a gente como Tom Petty o Red Hot Chili Peppers", señala Shakira en alusión a artistas producidos por Rubin. El sonido se distancia del pop latino imperante y ataca al mercado anglosajón con su propio lenguaje.

"No quiero tener colgado ningún letrero, como, por ejemplo, pop latino. Quiero ser una artista y punto", subraya Shakira Mebarak Ripoll, que tras lanzar dos discos en un año anuncia una larga gira para el 2006. "Cuando me veo trabajando tan duro me digo: ¡Esta es mi parte catalana!", bromea.

Los textos del nuevo disco apuntan direcciones relativamente temerarias dentro de la música de consumo. How do you do , la canción que lo abre, incluye estrofas en árabe y hebreo, y un llamamiento a la concordia interreligiosa.

"Ahí lanzo algunas de mis preguntas básicas. Estamos hechos de materia depredadora, pero también de cosas sublimes que nos hacen ir en búsqueda de un ser superior", estima. La cantante se sorprende cuando se le pregunta por qué, en la edición española del disco, un adhesivo anuncia, de forma algo precipitada, la inclusión de "la polémica How do you do ".

"¡Guau! ¿En serio pone eso? ¡Me quiero morir!", replica, entre divertida y desconcertada. "No me gusta. Hablaré con la compañía para que lo solucionen. Quizá esperan que sea una canción muy polémica, pero yo espero que no lo sea; que remarque las similitudes humanas más que las diferencias", dice.

No es la única canción de temática delicada: está Timor , con alusiones al conflicto bélico de la isla y ciertas estrofas chocantes. "No pasa nada si el planeta estalla / Yo seguiré vendiendo discos y tú viendo la MTV", dice la letra en inglés. ¿Un arranque de crítica hacia la insensibilidad social del primer mundo?

"Dudé si incluir esa canción porque no quería ser malinterpretada. No mando ningún mensaje político. La canción viene de darme cuenta de que vivimos absorbidos en la cultura del pop, el consumismo y la distracción, y hay partes de mundo donde se sufre", razona. Tampoco desea chapotear en el terreno minado de la crítica a la administración Bush. "Entiendo la frustración de mucha gente con él, pero respeto la democracia y la voluntad del pueblo estadounidense. Y mi opinión es absolutamente irrelevante".