La asignatura pendiente de la sanidad en el medio rural extremeño es la asistencia a urgencias graves. Así lo pone de manifiesto una tesis doctoral realizada en la región que asegura que el tiempo transcurrido desde que se produce una urgencia considerada vital --accidentes laborales, de tráfico, infartos cerebrales, problemas cardiovasculares...-- hasta que se atiende en un hospital oscila entre los 15 minutos y las tres horas.

La tesis Modelo de indicadores de salud: su aplicación a la comunidad extremeña , realizada por el doctor cacereño Fernando Pérez Escanilla, muestra el nivel de salud de los pueblos y habitantes de Extremadura y se trata del primer estudio de estas características realizado en el ámbito rural, cuyas conclusiones preliminares han servido para elaborar un proyecto similar a nivel nacional que se presentará en breve.

El estudio analiza 45 poblaciones de menos de 10.000 habitantes y constata, además de la lenta atención de las urgencias graves, que en muchos de estos pueblos el control de las aguas de abastecimiento público es insuficiente y que la educación alimentaria es deficiente.

Factores todos ellos que, de ser corregidos por la Administración regional, mejorarían de forma considerable la salud de los habitantes de las zonas rurales, así como las tasas de mortalidad, según apunta el autor de la tesis doctoral.

MUESTRA SIGNIFICATIVA

Para abordar su trabajo Pérez Escanilla seleccionó de forma aleatoria una muestra de los 369 pueblos extremeños que en el año 2000 tenían menos de 10.000 habitantes y trabajó con 45 poblaciones en las que residían 90.717 personas, de las que 45.240 eran varones y 45.477 mujeres.

En el desarrollo del trabajo contó con la ayuda del médico responsable local en cada uno de los municipios que, en colaboración con su ayuntamiento, procedió a la confección del instrumento de recogida de datos que contenía cuatro grandes grupos de indicadores: características de los pueblos; características demográficas; recursos sanitarios y sanidad ambiental; y, por último, indicadores sanitarios.

Con todos estos parámetros, la tesis concluye que la población rural extremeña tiene un nivel de salud equivalente al de la población urbana, aunque sería superior con "escasas inversiones en programas específicos de salud comunitaria".

En este sentido, la población rural extremeña se diferencia de la general, según el estudio, en que posee mayor incidencia del infarto agudo de miocardio y de las enfermedades infecciosas y menores tasas de hipertensión arterial, diabetes, asma, demencias, depresión y ansiedad, consumo de psicofármacos o toxicomanías. Por otra parte, el cáncer de próstata en el varón es mucho más frecuente que el de mama en la mujer.

Las causas más frecuentes de muerte son las enfermedades cardiovasculares y el cáncer y las enfermedades respiratorias y renales tienen una frecuencia de mortalidad superior a la española. Otro dato significativo es que los habitantes de los pueblos acuden con más frecuencia a las consultas médicas.