Un doctor en Africa cobra 300 euros al mes, imparte once asignaturas y puede tener en una sola clase hasta 1.300 alumnos. Asumen como parte de su día a día las carencias en las infraestructuras y las bibliotecas deficitarias además de que es fácil que falle la conectividad a internet por falta de suministro eléctrico, incidencia que también les desconecta de esta parte del mundo. Pero los docentes africanos también tienen mucho que mostrar y así lo hicieron representantes de trece universidades del continente negro la semana pasada en el I Encuentro Iberoafricano que ha organizado la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Extremadura en colaboración con el Grupo 9 (G-9), en el que están integrados además de la institución académica extremeña las universidades de Navarra, País Vasco, La Rioja, Zaragoza, Cantabria, Oviedo, Castilla La Mancha y las Islas Baleares. En la cita, que reunió a unos 200 alumnos, 80 profesores y unos 70 miembros de la Coordinadora Extremeña de ONGs, también hubo representación lusa (Politécnica de Leiría).

La semilla del encuentro está en un proyecto de cooperación que el G-9 pretende impulsar en cuatro países africanos: Tanzania, Etiopía, Uganda y Kenia. Se trata de trabajar sobre la identificación de las enfermedades sexuales, un problema que sobre todo afecta a las mujeres ya que, según apunta la directora de la Oficina de Cooperación de la Uex, Inmaculada Sánchez, "la pobreza también tiene género".

En Badajoz se han puesto los cimientos para este proyecto que se prolongará, en principio, durante unos cuatro años. El siguiente paso es identificar las necesidades en esos cuatro países para después trabajar de forma conjunta en programas de investigación, becas, movilidad...

Pero el encuentro celebrado en el campus pacense multiplicó su repercusión y desde la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Uex se trabajó en que más universidades mostraran su realidad en Badajoz. Así, fueron invitados docentes de centros de educación superior de Camerún y la Unión Económica y Monetaria del Africa Occidental (UEMOA) --integrada por Benin, Burkina Faso, Costa de Marfil, Mali, Níger, Guinea-Bissau, Senegal y Togo--.

Inmaculada Sánchez invitó a los ponentes a que comenzaran sus intervenciones dando una visión socio-política de sus países. También les pidió que hicieran un retrato de cómo está la formación universitaria al otro lado del Estrecho. "No se trata de decirles lo que tienen que hacer sino de preguntarles en qué te puedo ayudar", explica Sánchez.

Así, los asistentes pudieron conocer de la mano de Huco Monteiro, presidente de la Universidad Privada de Colinas de Boe (Guinea Bissau) que el 80% de los profesores carece de estudios de tercer ciclo. Por ello, apostó en el encuentro por implantar en Africa programas de doctorado sostenidos desde las universidades españolas, coordinar másteres o crear iniciativas de movilidad que permitan a esos docentes "trabajar en un marco más rico, con laboratorios y bibliotecas". También abogó por redes de conocimiento basadas en internet. "Solo se trata de llevar internet hasta nuestras facultades. De esta forma nosotros también tendríamos acceso a clases magistrales de catedráticos españoles y a los fondos documentales de las bibliotecas. Por esto es por lo que tenemos que luchar", indicó.

Un profesor de la Escuela Politécnica --que el día siguiente a esta intervención llegó cargado de antivirus y otras herramientas tecnológicas para que se llevaran a Africa-- comentó entonces a Inmaculada Sánchez que esa red para conectarse a internet se podría montar con 50.000 euros.

Por su parte, Brehima Tounkara, director de Enseñanza Superior de la UEMOA, también puso el acento en la necesidad de poner en marcha un programa de formación docente que eleve el nivel de la enseñanza, lo que redundaría en la formación.

DIVERSIDAD TEMATICA

Han sido solo tres jornadas --del 29 al 31 de octubre--, pero han servido para abordar diversos temas y desde perspectivas distintas. Desde la relación de Africa con los países ricos --sacando a relucir datos como que el dinero que los primeros pagan por su deuda externa triplica al que reciben en materia de cooperación-- a las desigualdades de género. Y es que, los más pobres entre los pobres son mujeres y esa realidad también se refleja en la comunidad universitaria africana.

La encargada de poner cara a este asunto fue Hilda Tardía (Uganda), directora de MEMPROW --Institución Africana para el Fortalecimiento y Empadronamiento de las Mujeres Jóvenes--. Centró su discurso en el reto de erradicar la concepción machista de las aulas para conseguir que las jóvenes también adquieran capacitaciones y puedan liderar proyectos.

Las ponencias y seminarios, celebrados en Económicas, tenían un carácter abierto por lo que Inmaculada Sánchez asegura que han participado más personas de los inscritos en un principio. El objetivo de este foro, que el pasado lunes inauguró el rector, era identificar las demandas prioritarias para el desarrollo de un futuro proyecto de cooperación, según resumió Jorge Martín Castro, secretario general del G-9.

En el acto inaugural el rector, Francisco Duque, indicó que la "la formación en valores es lo principal que debe obtener el estudiante. El día de mañana serán en su mayoría titulados los que ostentarán cargos de responsabilidad y deben estar sensibilizados". Duque estuvo acompañado por el director de la recién creada Agencia Extremeña de Cooperación Internacional al Desarrollo, Juan Manuel Rodríguez Tabares, quien retó a los universitarios a seguir trabajando en este ámbito.

Los primeros pasos dados en este encuentro han servido para que Inmaculada Sánchez se reafirme en su idea de que ciertos objetivos --como los del milenio-- no son inalcanzables. De hecho, cerró el congreso asegurando: "Hoy hemos demostrado que otro mundo es posible".