Silencio. Las aulas de los centros de la Uex, al igual que las de otras universidades, quedaron vacías el 11-M tras darse a conocer el atroz atentado de Madrid. Unos desalmados --al cierre de esta edición (el pasado viernes) aún no se conocía la autoría de la barbarie-- sustituyeron la cotidianeidad de los campus por el dolor.

El mismo 11-M el rector, Francisco Duque, hizo un llamamiento para que toda la comunidad universitaria se concentrara a las puertas de los centros a partir de las 13.00 horas para expresar su dolor. Y el dolor quedó latente en esa y otras tantas manifestaciones de condena en las que participaron estudiantes, PAS, profesores... A medida que avanzaban las horas de ese 11-M, se conocían más datos del alcance de la tragedia por lo que las lágrimas, la rabia y la impotencia se sucedieron el jueves a lo largo de las concentraciones dispersas por la región, ya fueran éstas espontáneas o convocadas por algún colectivo o institución. Unas concentraciones que tuvieron su clímax el pasado viernes, cuando a las siete de la tarde miles y miles de personas sintieron la necesidad de expresar su indignación en la calle. De este modo, ese día Extremadura vivió la manifestación más multitudinaria de su historia. "Tengo la necesidad de salir a la calle, manifestarme y saber que no soy yo sola la que lloro", decía una joven estudiante de la Politécnica de Cáceres.

LOS RECTORES

Institucionalmente, los rectores de las 68 universidades españolas que integran la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), anunciaron su participación en las manifestaciones convocadas unidos todos en una respuesta unánime e inequívoca ante el terror. También partió de la CRUE la decisión de hacer un paro en todos los centros universitarios españolas a las doce, el viernes, y a esa hora todos pararon para expresar nuevamente su rechazo. Los sindicatos se unieron a esta convocatoria.

La Universidad de Extremadura, por su parte, decidió suspender las clases también el viernes a partir de las seis de la tarde para asistir a la manifestación de ese día.

La CRUE es el organismo que aglutina a todas las universidades españolas por lo que es a esta institución a la que se han dirigido las muestras de condolencias de otras universidades. Así, ha recibido gestos solidarios desde universidades de Colombia, Portugal, México, Brasil, Italia, Panamá, Argentina, Cuba, Ecuador o Perú.

Y como organismo aglutinador de la enseñanza superior en España, también convocó dos días de luto en el ámbito universitario. En su comunicado de condena, muestra su "solidaridad con las víctimas y sus familias", reafirma sus "convicciones en favor de los valores y los procesos democráticos" y expresa su "profundo rechazo" hacia "quienes actúan mediante el asesinato y la amenaza, con total desprecio a la vida y el dolor del otro". Así, hace un llamamiento "a la colaboración y consenso de toda la ciudadanía para la defensa firme de la vida, de la libertad y de la democracia".

FONDO SOLIDARIO

De la Universidad de León ha partido la iniciativa de crear un fondo universitario de ayuda a las víctimas del terrorismo. De momento, ya han aprobado que estará integrado por la aportación institucional de esta universidad más las aportaciones individuales de los miembros de la comunidad universitaria leonesa y de la sociedad. La Universidad de León hace extensible esta propuesta al resto al proponer que una de las universidades aporte el 0,35 por ciento de su masa salarial para esta acción solidaria.

Esta iniciativa es una prueba más de que el ciudadano de a pie necesita colaborar en una situación tan sumamente trágica como la vivida por la sociedad española la pasada semana. Prueba de ello fueron las masivas concentraciones del viernes.

Las ciudades extremeñas vivieron el viernes la mayor expresión de rechazo al terror jamás conocida en su historia, con manifestaciones masivas en sus municipios que desafiaron a una lluvia que no cesó en ningún momento, y presididas por el respeto y la solidaridad con las víctimas de los atentados perpetrados en Madrid.

La mayor manifestación tuvo lugar en Badajoz, donde cerca de 80.000 personas, según la Policía Nacional, se pusieron detrás de la pancarta Con las víctimas, con la Constitución y por la derrota del terrorismo , en una expresión de dolor que superó a la que en su día se produjo tras el secuestro y asesinato de Miguel Angel Blanco.

Todos los establecimientos comerciales de Badajoz cerraron a las 18:30 horas, exhibiendo, muchos de ellos, en sus escaparates la bandera de España, e incluso familias llevaban a sus hijos pequeños en cochecitos cubiertos con la enseña nacional.

Cuando la cabecera de la manifestación llegó a la Plaza de España y se guardaron tres minutos de silencio, se vivió un hecho emotivo en el momento en el que un mendigo, que habitualmente se dedica a tocar la trompeta por las calles de Badajoz, interpretó el himno de España.

En Cáceres más de cincuenta mil personas salieron a la calle para mostrar su repulsa.

Fue en la capital extremeña donde se dieron cita los principales representantes de las instituciones regionales, que estuvieron arropadas por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y donde más de 20.000 personas se agolparon en la Plaza de España tras recorrer varias calles de la ciudad. Además de Arias Cañete, detrás de la pancarta que abría la manifestación se situaron el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el delegado del Gobierno en Extremadura, Oscar Baselga, el presidente de la Asamblea regional, Federico Suárez; el presidente del PP extremeño, Carlos Floriano, y los representantes sindicales.