Olvido García Valdés (Santianis de Pravia, Asturias, 1950) obtuvo la semana pasada el Premio Nacional de Poesía 2007, que concede el Ministerio de Cultura, por su libro Y todos estábamos vivos , un poemario en el que vierte sus sensaciones sobre la irrealidad de la vida cuando la muerte está en perspectiva. El galardón está dotado con 15.000 euros.

Poetisa y ensayista, con su obra traducida a varios idiomas, García Valdés lleva un año como directora del Instituto Cervantes en Toulouse, tarea que le absorbe hasta el punto de haber dejado de escribir en este tiempo. Y todos estábamos vivos , publicado en la primavera del 2006 por Tusquets, enlaza con su obra anterior, Del ojo al hueso , escrita en un momento en el que la autora padeció una grave enfermedad por lo que se palpa una presencia no solo de esta sino de la muerte. El premiado va en esta línea.

"Por una parte está la irrealidad que nos produce la vida desde ese punto de vista, desde la muerte y lo raro que parece a veces estar vivo. Al mismo tiempo esa sensación intensifica la presencia de la hermosura del mundo: el campo, los árboles, los animales, las personas...", explicó.

Otras constantes de los poemas premiados se refieren al lugar que ocupan las mujeres, la pobreza, los movimientos migratorios y las nuevas relaciones que esto conlleva y un diálogo entre la poesía y las otras artes, constante en otras obras.

CONTRA LA BANALIDAD

García Valdés escribe desde los 12 o 13 años, justo esa edad "en que uno descubre que está solo". Aunque ha publicado tarde, siempre le interesó más la poesía que el relato, y ha cultivado también el ensayo. Para ella la poesía, "tiene algo de lugar de resistencia frente a la banalización, la prisa, esta manera de hablar que tenemos siempre, el desgaste de la lengua. La poesía supone otra forma de relacionarse con el mundo, y abre un espacio de intensidad de percepción que es lo que los lectores buscan", dijo tras conocer que había obtenido el galardón desde su residencia en Toulouse.

Como lectora, Olvido García Valdés explica que se reconoce en los autores en lengua castellana como Garcilaso, San Juan de la Cruz, Antonio Gamoneda, José Miguel Ullán, María Victoria Atencia. De América Latina cita a José Lezama Lima, Blanca Varela, Olga Orozco o Mirta Rosenberg.