Ideas no del todo congruentes, reacciones químicas imposibles y errores de montaje son algunos de los fallos que pueden descubrirse en Quantum of Solace , la última entrega de James Bond protagonizada por Daniel Craig, que ha descubierto la web www.moviemistakes.com , 10 días después de su estreno mundial. El pasado viernes llegó a las salas españolas.

Entre los millones de espectadores que ya han visto esta película los que tienen conocimientos de química han podido notar que, en realidad, una explosión de combustible de hidrógeno produce unas llamas casi invisibles para el ojo humano y no el fuego infernal que se desata en el filme dirigido por Marc Forster.

Otra escena, que ocurre en una carretera italiana, recoge una persecución de coches. Los más conocedores del tema podrán ver que uno de los vehículos que aparece, matriculado en el país mediterráneo, es un Vauxhall Corsa, modelo de la filial General Motors que solo se vende en Gran Bretaña. Si la producción hubiera sido más rigurosa, lo correcto habría sido utilizar un Opel, marca de la misma filial pero de la Europa continental.

Más fácil es observar que las razones por las que, en la persecución en el tejado entre Bond y Mitchell, los personajes saltan y corren con tanta flexibilidad y comodidad, responden a que ambos usan unas zapatillas de deporte negras y no los elegantes zapatos de etiqueta que se ven en la escena anterior.

Además, en la conversación que 007 tiene con otro de los personajes en una casa de campo italiana, el reloj de este último cambia de la mesa a la muñeca sin justificación.

Además, en la escena en la que Craig vuela en un avión, en uno de los planos se ve la cámara usada para filmar el contraplano.