Extremadura cuenta con bastantes zonas que pueden considerarse "idóneas" para que se desarrolle el mosquito del género "Culex", principal causante de la transmisión del "virus del Nilo", que mantiene hospitalizadas a una veintena de personas de las localidades sevillanas de Coria y Puebla del Río.

Así lo asegura a Efe Florentino de Lope Rebollo, catedrático de Zoología, Departamento de Anatomía, Biología Celular y Zoología de la Universidad de Extremadura, que dirige el proyecto "Aves y enfermedades infecciosas emergentes: Impacto de las Especies Exóticas y Migratorias en la transmisión de Malaria aviar y el virus del Nilo Occidental (AvEIEs)".

Este proyecto, financiado por la Fundación BBVA y del que forman parte departamentos de otras universidades, trata de analizar los factores que determinan el éxito de los patógenos invasores transportados por aves exóticas y migratorias, para examinar el papel de estos en la propagación de las Enfermedades Infecciosas Emergentes (EIE) el suroeste de España.

Según este catedrático, que también es presidente de Seobirdlife España, Extremadura cuenta con gran cantidad de embalses, que junto a los aguazales y charcas generadas por una primavera que ha sido lluviosa, son lugares "donde se pueden desarrollar muy bien" estos mosquitos.

Los últimos datos conocidos de este virus en Extremadura datan de 2018, cuando un estudio llevado a cabo por la UEX permitió detectar dos focos en caballos y tres en aves silvestres, en concreto en dos mochuelos y en un azor.

De Lope Rebollo explica que el proyecto de investigación partía de la hipótesis de que aunque no se habían detectado aún casos muy certificados, el Virus del Nilo Occidental podía estar en España "en más zonas y más extendido de lo que se piensa".

Para ello, este grupo investigador formado principalmente por profesionales que trabajan en Ecología del comportamiento de aves, captura aves para "categorizarlas" y ver si son residentes o invernantes, y mediante un análisis de sangre ver si se les detecta el virus.

No obstante, precisa que el vector de transmisión es el mosquito y las aves serían "hospedadores" como podría ser cualquier mamífero, pero es más fácil trabajar con ellas.

Por este motivo, en las zonas de Extremadura en las que se están haciendo capturas de aves también se están recogiendo mosquitos para ver si coinciden con el vector de transmisión, el del género Culex, y certificarlo, "no vaya a ser que haya de otros tipos".

Florentino de Lope Rebollo insiste en que no son epidemiólogos ni virólogos, aunque sí al tener un enfoque multidisciplinar están en contacto, por ejemplo, con la Facultad de Veterinaria, y el objetivo es ayudar a las autoridades competentes a tomar las decisiones para su control.

Según explica, de cien personas a las que puede picar este insecto, a lo mejor unas 80 "ni se enteran", ya sea por su respuesta inmune o por su capacidad corporal, pero hay otro porcentaje más sensible al que le pueda producir "unas anomalías muy fuertes" como a la veintena de personas hospitalizadas en Sevilla.

Las conclusiones de la investigación no estarán hasta dentro de al menos dos años, pese a que va "bastante más avanzado" de lo que se esperaba por la pandemia de la Covid-19.

Además de Lope Rebollo, el equipo investigador cuenta con la participación de los también científicos de la UEx Martina Ferraguti; Luz García-Longoria Batanete; Eva María Frontera Carrión; Sergio Magallanes Argany; y Daniel Bravo Barriga.