Francisco Tirado ha estado al frente del Centro Universitario de Plasencia, dependiente de la UEx, los últimos ocho años. Toca ceder el testigo a su sucesor, Rodrigo Martínez, elegido hace escasos días, pero además, en menos de dos meses, el 15 de febrero, tendrá que decir adiós a la que ha sido su segunda casa durante 23 años.

Empezó como subdirector y profesor del centro, en 1998 y, desde 1984, había sido director técnico en la Escuela de Enfermería de la Diputación de Cáceres. Ahora, cuando llega el momento de echar la vista atrás, afirma que su primera sensación es «de alegría por haber creado aquí amigos para siempre». Pero además, se irá «con la conciencia muy tranquila por haber hecho todo lo que estaba en mis manos por el centro».

No obstante, reconoce que «siempre parece que te queda algo por hacer», pero insiste en que está «contento con lo que he hecho» porque además, su dirección ha sido «de puertas abiertas». Además, no duda en agradecer el trabajo realizado por todo su equipo durante estos años: «Estoy orgulloso de haber trabajado con ellos».

También de toda la comunidad educativa, sobre todo debido a los cambios que la pandemia del covid llevó a la universidad.

Confiesa que ha sido «el más radical» que ha vivido en sus años en el centro universitario. «Tener que adaptarnos a una enseñanza online cuando somos una universidad eminentemente presencial» ha sido difícil, pero subraya la respuesta de la comunidad porque «han sabido estar a la altura».

Pasado y futuro

Pasado y futuroTirado llegó al Centro Universitario de Plasencia cuando lo que existían eran diplomaturas de 3 años. Después, tocó el proceso de integración en el espacio europeo y, en este punto, quiere dar las gracias al profesor José Antonio Vega Vega por su trabajo.

Con los Grados, se produjo un aumento del número de alumnos y otros cambios, pero nada parecido a lo que llegaría el año pasado con el covid. «Cuando lo valoras, te das cuenta de que hubo un momento en que tuvimos que improvisar, por las continuas instrucciones que llegaban. La enseñanza presencial es fácil, pero la online, todos los días con reuniones virtuales...»

Aún así, se superó y ahora, mirando al futuro, considera que, más que aumentar el número de Grados, habría que «avanzar por las titulaciones que ya están» a través de dobles titulaciones, como la de Derecho y ADE, de másteres y programas de doctorado.

Lo que llegue lo verá desde su pueblo, Ibahernando, al que volverá para recuperar el tiempo con su familia y amigos. Dejará el centro universitario «en muy buenas manos, para el bien del centro y de Plasencia y me pongo a disposición del nuevo director el tiempo que me queda». A Plasencia, «la llevo siempre en mi corazón».