Marta tiene 2 años y se ha convertido en una de las primeras niñas de La Coronada en asistir a la nueva escuela de Educación Infantil de primer ciclo en el pueblo. Lleva en funcionamiento desde noviembre y es la única que existe en esta población. Marta y sus 24 compañeros fueron ayer los protagonistas en la inauguración de su centro escolar, acto al que asistió el presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara, y la consejera de Igualdad, Pilar Lucio.

Con caras de asombro y ojillos asustados observaban la comitiva de adultos y cámaras de vídeos y fotografías que invadieron la tranquilidad de sus aulas. En su chapurrear, Marta cuenta que le gusta estar allí, y, sobre todo, jugar con sus amiguitos. Es la única que se atreve a hablar; ninguno de sus compañeros se anima, aunque no quitan la mirada de la grabadora. Su tutora, también encargada del centro, asegura que a esta edad, las niñas son más espabiladas que los niños, y también más habladoras.

Esta escuela para niños de 0 a 3 años es el primer contacto de los menores con la educación. "Hacemos de todo, desde la típica tarea educativa, hasta el calendario del tiempo, juegos didácticos y actividades para el desarrollo motor e intelectual del niño y sus cuidados", afirma Almudena, encargada del centro. Incluso han programado un desayuno saludable que toman en clase, para que desde la más tierna infancia se acostumbren a una dieta equilibrada.

De momento, son 25 niños de los 70 pequeños que viven en La Coronada, pero que se duplicarán llegado el momento en el que sus madres comiencen a trabajar en la campaña de la fruta.

Libertad para los padres

Para Almudena, su apertura ha supuesto una mejora significativa para el pueblo porque permite a sus padres más libertad para desarrollar sus tareas cotidianas. Una opinión con la que coincide Purificación López, madre de una niña de 3 años que está escolarizada. Es ama de casa, pero reconoce que era necesario porque "no teníamos ningún sitio donde dejar a los niños; no trabajo pero tengo más libertad para echar currículos, hacer la compra o cualquier otra cosa que tenga que hacer". En su caso, incluso ha notado que la niña es más obediente, que cuando la castigan sabe qué significa y que ha aprendido a compartir" .