Un grupo de usuarios de la Vía Verde Vegas Altas del Guadiana, procedentes de Villanueva de la Serena, han constituido una nueva asociación con el fin de proteger e impulsar esta infraestructura. Les ha motivado el estado de dejadez y falta de mantenimiento en el que se encuentra, como ya denunció este periódico el 23 de agosto. En algunos tramos, las zarzas, matorrales y malas hierbas han inundado la vía, haciéndola intransitable. Devolverla a su estado inicial y potenciarla es el motivo por el que una treintena de personas han decidido unirse.

Gabriel Amador, el presidente de la Asociación para la Defensa, Conservación y Desarrollo de la Via Verde Vegas del Guadiana y Las Villuercas, Adeviver, que así es como se llama, indicó ayer que además del carácter reivindicativo, también pretenden organizar actividades que potencien su uso deportivo y de ocio, una vez recuperada. Proponen que sea utilizada para la peregrinación a Guadalupe, que ahora se realiza por carreteras.

ENTREVISTAS CON ALCALDES La primera actuación que realizarán será el envío de cartas a los alcaldes de los pueblos por los que transcurre la vía, y solicitar entrevistas al consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente e incluso al Ministerio de Medio Ambiente. Asimismo, critican el anuncio hecho por este organismo de crear el segundo tramo de la Vía Verde que conecte Logrosán, donde ahora acaba, con Guadalupe. Consideran que primero deben adecuar el primer tramo, para lo que piden la asignación de una partida anual para su mantenimiento.

Entre los asociados --la mayoría de Villanueva-- hay miembros de Tarragona, Madrid y San Sebastián, que conocen el estado deplorable en el que se encuentra la Vía Verde. La intención de Adeviver es contar con socios de todas las poblaciones por las que discurre. Los interesados en asociarse pueden hacerlo a través de los teléfonos 667 595 489 o al 607 859 316.

Uno de los usuarios es Miguel Angel Pérez, vocal de la asociación, que habitualmente paseaba en bicicleta por la Vía Verde. Sin embargo, ayer aseguró: "Hay zarzas que cruzan el camino, matorrales y jaramagos más grandes que yo, y ya no cabe ni la rueda de la bicicleta". Esto obliga a utilizar la carretera convencional paralela, con el consiguiente peligro. Afirmó que especialmente grave es el tramo entre El Torviscal y Campolugar, y entre la estación de Rena y el puente del Guadiana, donde el camino ha desaparecido.