La cooperativa agrícola San Isidro de Villanueva va a poner en marcha el próximo año una central hortofrutícola para producir fruta fresca. Así lo anunció ayer el presidente de la cooperativa villanovense, Fermín Suárez, que apuntó que lo que se busca es "acabar con el monocultivo del tomate y dar una nueva vía a nuestros agricultores".

Unos cincuenta cooperativistas, que acaparan unas 200 hectáreas, aportarían la materia prima, fundamentalmente ciruela, nectarina y melocotón.

Las instalaciones tendrían una superficie de unos 3.000 metros cuadrados y se levantarán en una parcela anexa a la cooperativa, con una inversión inicial prevista de 1,5 millones de euros. Tendrá una capacidad para procesar 7 millones de kilos, con una media diaria de elaboración de 75.000 kilos al día. La capacidad de frío será de 500.000 kilos.

La intención es que "para septiembre puedan empezar las obras y para mayo próximo se pueda inaugurar la central". En campaña, unas 50 personas trabajarían en la central frutícola.

COMERCIALIZACION La comercialización de la fruta se hará a través de la cooperativa de segundo grado Acopaex, en la que está integrada la de San Isidro.

Por otro lado, la cooperativa villanovense también pretende poner en marcha un invernadero para la producción de plantas hortícolas, fundamentalmente de tomate, "ya que todos los años necesitamos en torno a los 45 o 50 millones de plantas".