María Jimeno no podrá olvidar un cumpleaños como el que vivió ayer. Cumplía 51 años y lo celebró con 2,5 millones de euros en el bolsillo. Ella y su marido son los buscados ganadores del sorteo de la Primitiva del pasado 24 de febrero. Una mujer humilde empleada de hogar. Ayer nos recibía en su casa, junto a su marido Manuel Cerrato, un albañil de 55 años. Desde que saltó la noticia, su teléfono no para de sonar.

"Me enteré el jueves (día 1) cuando fui a echar otra quiniela. Le dije a Inés que siempre me premiaba con un euro, pero ese día se quedó callada" , explica María, quien reconoce que desde entonces está tomando tranquilizantes. Cuenta que la hicieron pasar al interior de la administración para explicarle lo que le había tocado, y tuvieron que ir a buscar una tila al bar de enfrente. "Me puse muy nerviosa y se me empezó a entumecer el brazo izquierdo; luego nos pusimos los tres a llorar, Inés la administradora), Luis padre del propietario ) y yo. Nos conocemos hace años, trabajé en su casa cuando yo tenía 15 y sabía que estábamos muy necesitados" , relata.

Un secreto con fortuna

Manuel reconoce que la ganadora es su mujer, y María, con una sonrisa pícara, desvela el secreto. En realidad era una segunda apuesta, además de la que hacía con su marido, a la que jugaba desde hacía cinco años con los números con los que una vez jugó su hijo, de 25 años, que trabaja en Madrid. "Lo tenía en secreto porque mi marido decía que no echara tanto, que era una viciosa".

De momento, aseguran no saben cómo se plantearán el futuro, pero sí que se comprarán una casa con jardín, para que Manuel amplíe el pequeñísimo huerto que ha ido creando en su reducido balcón porque confiesa, es lo que más le gusta. A María le gustaría, sin embargo, viajar, quiere conocer Roma, París y el Caribe, aunque a él le da miedo volar.