"El mundo no es sólo Villanueva. Hay muchos lugares que conocer y distintas formas de ver las cosas". Esta la enseñanza que Ana Rebollo quiere que sus alumnos extraigan de los intercambios educativos europeos. Ella, junto con Chusa Cantora, llevan una década organizando esta actividad extraescolar con la ciudad de Skara, en Suecia, un hecho que ha logrado unir dos países a pesar de las distancias geográficas y culturales. Ayer fue un día especial para ellas, el instituto Pedro de Valdivia y las 200 familias villanovenses, que durante 10 años han participado en esta experiencia. Todos se reunieron en un acto sencillo en el salón de actos del centro educativo.

"La idea es abrirse, dejar un poso que muchas veces ni ellos mismos se dan cuenta, pero les ayuda a aceptar otras cosas", insiste Rebollo. Es algo en lo que coincide su homóloga sueca Kerstin Persson, que tras 10 años visitando nuestra región, asegura que "Extremadura tiene un lugar especial en mi corazón". Persson lo ha sabido transmitir a su comunidad, puesto que afirma que este intercambio despierta cada año más interés entre los profesores y el alumnado. "Cuando los españoles van a Suecia, es un acontecimiento muy importante en nuestro instituto".

La docente sueca se muestra orgullosa de conocer esta región, y afirma que para ellos realizar este intercambio con Villanueva significa conocer la verdadera cultura, historia y forma de vida españolas. Estos intercambios, explica, no son una excursión para visitar la turística costa sino una convivencia con las familias para conocer la realidad del país. "En Madrid muchas veces nos preguntan por qué venimos a Extremadura y yo les digo que es porque hay tantas cosas que ver aquí".

Los vínculos entre Skara y Villanueva son cada vez más fuertes y trascienden lo educativo. El Coro Arte Vocal visitó el pasado año la ciudad sueca en otro intercambio, esta vez musical, con una agrupación coral sueca, que ahora les devolverá la visita. Pero hay tópicos que perduran y la comida con la tortilla de patatas al frente sigue siendo uno de los principales atractivos. Sin olvidar el calor y las largas horas de luz solar, un lujo para los habitantes de un país en el que a las cuatro de la tarde ya es de noche.