Don Benito celebró ayer una de sus fiestas más importantes, la tradicional Velá. Miles de fieles procedentes de la localidad y de otras poblaciones de la comarca madrugaron para acompañar a la Virgen de las Cruces en su camino de regreso a la ermita. Fue después de una larga noche de vela a la patrona, que finalizó con el rosario de la Aurora a las 6.30 horas.

La Virgen apareció en la plaza de España ante los vivas de sus fieles, que esperaban para despedirla a las puertas de la iglesia de Santiago, su refugio desde que llegó al pueblo el 23 de septiembre.

Los peregrinos, ataviados con sombreros para guarecerse del sol y algo de abrigo para combatir el frío matinal, emprendieron los 7 kilómetros hasta la ermita portando a su patrona. Encabezaban la procesión los miembros de la asociación Amigos del Camino, seguidos de ciudadanos.

Las calles por las que pasó estaban tan abarrotadas de fieles que era difícil, incluso para la patrona, abrirse paso.

Los dombenitenses no fallaron y acudieron en masa, sabedores que los técnicos de la Junta iban a presenciar la fiesta para estudiar su declaración de interés turístico, que ha solicitado el ayuntamiento por segundo año.

La comitiva llegó al santuario poco antes de las doce. Tras una misa oficiada por el obispo Amadeo Rodríguez, la Velá llegaba a su fin con la procesión de las Cruces alrededor de su ermita. De ella volverá a salir el próximo año para regresar a su pueblo. El lugar era un hervidero de dombenitenses que la Asociación de Vecinos de Santiago aprovechó para entregar los premios de los concursos de calabaza y gastronómicos.

La patrona tuvo que compartir protagonismo con la calabaza de 328 kilos, la ganadora.