Las peores previsiones no se cumplieron y la intensa lluvia de la noche dejó paso ayer a un sol radiante y un cielo despejado. Pero el fuerte viento que soplaba en Villanueva redujo sensiblemente el número de fieles que acompañaron a la Carrerita en su regreso al pueblo. Un número, sin embargo, que se incrementó hasta alcanzar las 5.000 almas a la hora de ser recibida a las puertas de la iglesia de la Santa Cruz.

Desde las 15.30 horas fueron continuos los viajes con pasajeros que llegaban en los autobuses que la empresa local Pormasa puso de forma gratuita para trasladar a los peregrinos hasta el santuario, para que pudiesen regresar andando con la Virgen. Así, en toda la jornada hubo un reguero de niños, ancianos, jóvenes y familias al completo que inundaron la pequeña ermita para escuchar la despedida que ofrecía a la Virgen el Coro de la Hermandad. Eran las 16.30 horas y fuera, niñas ataviadas con el traje regional de la Escuela Municipal de Danzas de Cogolla esperaban la salida de la Aurora para ofrecerle su actuación.

Entre vivas, la Carrerita comenzó su peregrinaje hacia Villanueva, precedida y también envuelta por sus fieles, y escoltada por los jinetes de la Asociación Ecuestre Villanovense y por tres carros pequeños cargados de niños ataviados para la ocasión, aunque en menor número que en ediciones anteriores.

Cinco años de vida

Esta romería es de reciente creación --es la quinta edición-- pero se ya ha convertido en una tradición a la que los villanovenses responden --también ayer-- engalanando las verjas y entradas de las casas de campo por las que pasó en su primer trayecto. Igual de engalanados aparecieron las balcones de las calles que la Virgen recorrió. Banderas de España y Extremadura, y dulces y vino que muchos ofrecían a los peregrinos que acompañaban a la Aurora.

Muchos vecinos que no pudieron verla salir de la ermita, siguieron las indicaciones de la Cofradía de Nuestra Señora de la Aurora y la esperaron a la entrada de Villanueva. Durante el trayecto, decenas de fieles portaron las andas, siempre reservadas para los hermanos agraciados en el sorteo que realiza la hermandad el día de Resurrección para hacer correr a la imagen en la Carrerita.

La romería, al llegar al centro, fue recibida a las puertas de la iglesia de la Santa Cruz; era alrededor de las siete de la tarde. Allí la esperaba un adornado altar en el que reposó la imagen mientras el coro de la parroquia entonaba un canto mariano de salutación. Era la última etapa del camino, la que la conduciría hasta la iglesia de la Asunción, donde permanecerá hasta que el día de Pascua retorne a su retiro.