Enorme preocupación en el sector agrícola de las Vegas Altas por el arranque masivo de árboles frutales en esta comarca debido a la falta de rentabilidad de diversas variedades de fruta de hueso.

El negro horizonte que amenaza al sector frutícola no solo en las Vegas Altas sino en buena parte de Extremadura es una de las razones que motivan la gran movilización convocada por las organizaciones agrarias de la región el miércoles 29 con salida de la estación de autobuses de Don Benito y final en las instalaciones de Feval.

La protesta ha encontrado un apoyo prácticamente unánime por parte de las empresas y entidades expositoras de Agroexpo, que, en señal de adhesión, no abrirán sus estands ese día hasta las 13.00 horas.

Según estimaciones de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (Agryga), en los últimos meses se han arrancado unas 1.700 hectáreas de árboles frutales en las Vegas Altas por falta de rentabilidad. «Son muchas hectáreas, pero desgraciadamente sobran frutales. Está muy desequilibrada la oferta y la demanda, variedades que dan muy pocos kilos y con mal comportamiento comercial en unos mercados que no tienen piedad», señala Herminio Íñiguez, presidente de Agryga.

La alternativa es difícil y en la superficie que queda libre no se está plantando otra variedad de frutal porque no es rentable y ahora mismo no hay ninguna variedad atractiva, según sostiene Íñiguez. Sí que hay productores que están optando por sembrar tomate, algo de olivar y almendro, como cultivo refugio éste último debido al efecto llamada del buen precio de la almendra, pero los expertos advierten de que la falta de control puede derivar en unos años en una repetición de la situación por la excesiva oferta frente a la demanda. Arroz y maíz son descartados ya por la falta de viabilidad. A los fruticultores no les salen las cuentas cuando dedican 7.000 euros de gasto a una hectárea de la que solo sacan luego 4.000 euros, según detallan algunos agricultores. Pérdida tras pérdida, lo que aboca a una verdadera ruina a quienes tengan monocultivo y no hayan diversificado su superficie en distintos cultivos, añaden estos mismos afectados.

Al incremento de los costes de producción, los agricultores consultados por este medio suman su temor a la subida de la mano de obra con el nuevo gobierno, aún mayor que la experimentada en los últimos meses.