El transporte público de viajeros por carretera en autocar se vio ayer paralizado en las comarcas de Vegas Altas, La Siberia y La Serena por tercera vez en apenas una semana.

Ayer lunes fue la tercera jornada de huelga llevada a cabo por los trabajadores de la empresa Unión Bus, que tiene la concesión pública de las líneas de autobús que comunican la comarca de La Siberia con Don Benito y Villanueva de la Serena y a su vez estas dos ciudades con Mérida, Badajoz y Cáceres.

La huelga se debe a los impagos de nóminas a los trabajadores por parte de la empresa, según denuncian los afectados.

Los paros comenzaron la semana pasada con dos días de huelga el lunes y el viernes. Esta semana vuelven a repetirse las jornadas de paro el lunes (ayer) y el próximo viernes y así continuarán hasta el 11 de mayo. Si llegado ese día, no hay soluciones, los paros se convertirán en indefinidos, según ha adelantado Fernando Fernández, secretario general del Sindicato Libre de Transporte de Extremadura.

La huelga está siendo secundada por entre 15 y 20 trabajadores que conforman la plantilla y afecta a unos 22 servicios diarios de esta empresa. Son paros de 24 horas. Los servicios mínimos no pudieron desarrollarse con normalidad por dificultades en los vehículos.

LOS MOTIVOS / Los empleados denuncian que la empresa no les ha pagado sus salarios en lo que va de 2018. «La empresa se han cerrado en banda», dicen. A su vez, aseguran, que se escuda argumentando que es la Junta de Extremadura la que no cumple los compromisos económicos derivados de la concesión. «Eso es un problema entre la Junta y la empresa y nosotros, los trabajadores, no tenemos nada que ver»

Como mar de fondo, están los problemas estructurales de una región como Extremadura derivados de una baja densidad de población, largas distancias y escaso número de viajeros, agravados en comarcas como La Serena y La Siberia.

Los otros perjudicados son los viajeros y ayer, en las estaciones de autobuses de Villanueva y Don Benito se mezclaban distintos tipos de afectados, desde los de pequeña o mediana distancia que tenían que regresar a sus pueblos de origen tras, por ejemplo, acudir a consultas médicas o llevar a cabo gestiones administrativas y muchos estudiantes que tenían que volver a Cáceres o a Badajoz tras pasar el fin de semana en sus casas. Los conductores de Unión Bus pedían ayer disculpas a la ciudadanía, pero justificaban los paros. «Es la manera que tenemos de hacer presión».

En gran parte de esos casos, los vehículos particulares de familiares de los viajeros fueron al final la solución de emergencia, robando tiempo, eso sí, a las respectivas jornadas laborales.

«El daño psicológico está siendo tremendo -aducía Fernández- en conductores profesionales que tienen una gran tensión al volver al servicio sin cobrar durante varios meses y tener que afrontar pagos en sus respectivos domicilios. Es duro ponerse al volante así y tener a su cargo a 55 viajeros», señaló en referencia al impago de las nóminas.