Una vieja máquina para tejer es la pieza del mes de noviembre en el museo etnográfico ‘Agustín Aparicio Cerrato’ de Don Benito. La máquina fue donada a este museo en el año 2006 por los hermanos Marcelo Díaz, de la localidad de Manchita.

Este tipo de máquinas tiene su origen en que hasta hace pocas décadas era muy popular, sobre todo en núcleos de población pequeños, la elaboración de prendas de punto dentro del propio hogar para cubrir necesidades de vestuario de familiares y amigos, bien a mano o con máquina.

El género de punto practicado con estas máquinas es aquel que se teje formando mallas al entrelazar los hilos y consiste, básicamente, en pasar un lazo de hilo a través de otro lazo a mano o mediante agujas. Su origen está en Oriente Próximo, donde los antiguos pueblos de pescadores anudaban gruesos hilos para formar las redes.

El arte de tejer utilizando agujas fue llevado a Europa por los pueblos árabes en el siglo V. Más tarde, durante los siglos XIV y XV, se desarrolló fuertemente en Inglaterra y Escocia. En 1589, el clérigo inglés William Lee, inventó una máquina para tejer medias, revolucionando de esta manera una actividad que, hasta entonces, se hacía de forma manual.