Más de 1.000 jinetes y unas 10.000 personas se dieron cita ayer en Navalvillar de Pela para celebrar la Encamisá, Fiesta de Interés Turístico Regional que busca ahora su declaración de interés nacional.

Al grito de ¡Viva San Antón y Viva el Chiquirrinino!, comenzaron más de dos horas de fiesta en las que unos 1.000 jinetes rodearon el pueblo para recordar la leyenda de la victoria de los peleños contra los moros que querían invadir el pueblo.

La Encamisá comenzó con el encabezamiento del tamborilero, un niño que, desde el 6 de enero, recorre día y tarde las mismas calles de la carrera.

Tradicional también es la indumentaria de jinete y caballo. Se caracteriza por el gorro elaborado a partir de un pañuelo multicolor acabado en un largo pico, y otro pañuelo al cuello, la camisa blanca con una faja de negra o roja, pantalón negro y los zahones de cuero. Y traje de gala también para los caballos con la manta elaborada manualmente a base de madroños.

Cruz Roja Don Benito coordinó 45 voluntarios, 3 ambulancias y 4 puestos de rescate. Al cierre de esta edición habían intervenido en 8 ocasiones, cuatro de estas personas hubo que trasladarlas al centro de salud, pero ninguna de gravedad y todas provocadas por caídas de caballo. Calentaron la fría noche, miles de litros de vino de pitarra y biñuelos del santo.