Un "momento agridulce" es el que está viviendo Samira Azaiz, la mujer marroquí residente en Villanueva que denunció el 11 de febrero el supuesto maltrato que estaba sufriendo toda la familia por parte de su hijo de 13 años, al que ha tenido que internar en un centro psiquiátrico de Motril, en Granada, ante la situación de "terror" que asegura que vive.

El menor lleva internado desde el 25 de mayo, día desde el que, según informó ayer Samira, no he vuelto a verlo, pero "tampoco he podido hablar con él, y puesto que le quiero le echo mucho de menos, aunque sé que esto es por su bien", confesó, pero también reconoció que los profesionales de ese centro le han informado que se muestra "agresivo" y "provoca peleas".

Esta medida se ha llevado a cabo gracias a su psiquiatra, el doctor Gutiérrez, quien "ha hecho todo lo posible para ingresarle en este centro", explicó Samira, que justificó esta esta decisión en el hecho de que no mejoraba e incluso llegó a mostrar algún episodio de "mala conducta" en el despacho del citado especialista, que le ha diagnosticado un trastorno en la conducta.

EL SUFRIMIENTO SIGUE Samira dice que, pese a que se acabaron en parte sus problemas y el vivir en tensión por las continuas amenazas de su hijo, sigue sufriendo mucho por su hijo: "No duermo por las noches, todos los días lloro por él, porque solo quiero que se recupere y lleve una vida normal como cualquier niño de su edad".

El menor, que no se despidió de su madre, permanecerá en el centro por tiempo indefinido, hasta su recuperación, aunque este verano volverá de vacaciones, y Samira teme que "vuelva peor" porque no entienda lo que están haciendo por él.

La familia de Samira Azaiz ha protagonizado varios episodios violentos desde hace algo más de un año, aunque fue hace cuatro meses cuando ante la "impotencia de no ser escuchada y ayudada" cuando decidió explicar ante los medios de comunicación la situación que estaba viviendo. Ayer, agradeció la ayuda de su principal aliado, el colectivo Compromiso con Villanueva.