Un trabajador de 39 años de edad y nacionalidad portuguesa perdió ayer la vida al ser aplastado por una retroexcavadora de gran tonelaje, que se le cayó encima. El accidente laboral tuvo lugar en la tarde de ayer en el badén de Entrerríos, en el término municipal de Villanueva de la Serena. La víctima realizaba trabajos de restauración forestal, obras que el Ministerio de Medio Ambiente adjudicó a la empresa cacereña Servicios Forestales de Extremadura, para la restauración ambiental del río Zújar, entre el vado de Entrerríos y su desembocadura en el río Guadiana.

En el momento del suceso, poco después de las 17.30 horas, el trabajador viajaba como copiloto de la retroexcavadora de gran tonelaje. Al pasar por un terraplén, al conductor se le bloqueó el volante de la dirección y perdió el control de la máquina, que volcó lateralmente. El conductor salió despedido del vehículo. La mitad del cuerpo de su compañero quedó atrapada por la máquina, lo que le provocó la muerte en el acto.

CORTANDO MADERA Ambos operarios trabajaban cortando madera y transportándola, fundamentalmente eucaliptos, desde un lugar hasta el punto en el que la estaban triturando. La zona donde sucedió el accidente, de difícil acceso, quedó cortada por la Guardia Civil, que acudió hasta el lugar, a la espera de que una grúa de gran tonelaje procediera a quitar la retroexcavadora y el juez levantara el cuerpo.

Hasta el lugar acudió una ambulancia del centro de salud de Villanueva de la Serena, una unidad medicalizada del 112, que trasladó al conductor del vehículo, en estado de shock, hasta el Hospital Comarcal de Don Benito-Villanueva, una pareja de la Guardia Civil y una dotación de excarcelación de bomberos del parque comarcal. Estos prepararon un equipo de iluminación para facilitar a la grúa la retirada de la retroexcavadora y el levantamiento del cadáver.

El alcalde de la cercana localidad de Entrerríos, José Montero, dijo que actualmente varios jóvenes de la localidad están contratados por esta empresa para realizar las obras, y que incluso guardan la maquinaria en una nave cedida por el ayuntamiento. Montero confirmó que el resto de compañeros estaban conmocionados.