Los servicios veterinarios del Area de Salud Don Benito-Villanueva, encargados de realizar las inspecciones incluidas en el programa de control de seguridad alimentaria en establecimientos no permanentes, no han tenido que cerrar ningún puesto de venta de comida en las ferias este año. Según los datos registrados, tampoco ha habido brotes ni intoxicaciones durante el último año.

El programa se puso en marcha como tal hace cinco años, aunque antes también se hacían controles "y ya está dando algunos resultados, pero hay que mejorar cosas porque al ser establecimientos no permanentes requieren infraestructuras que son difíciles de conseguir", puntualizó Ricardo Mata, responsable de estos servicios.

Hasta el momento, controlan más de 40 establecimientos de este tipo en su área de influencia, en los que también se incluyen los chiringuitos de las zonas de playa de agua dulce, informó Ricardo Mata, quien también destacó que para que los empresarios propietarios reciban el certificado que les autoriza a seguir abiertos han tenido que hacer modificaciones en sus caravanas y en sus puestos como instalar cocinas anexas, tener agua, protección contra insectos y planes de desinfección en general.

EN ZONAS PERIURBANAS Según Mata, los principales problemas con los que se topan a la hora de inspeccionar se deben a que las zonas en las que se ponen estos negocios son periurbanas y no tienen las mínimas condiciones para el abastecimiento de agua potable y residuales. Además, suelen ser terrenos sin pavimentar con lo que conlleva de polvo y tierra, no hay servicio de recogida de basura y al ser establecimientos rodantes las infraestructuras son débiles y "no reúne todas las condiciones que nos gustaría", añadió el responsable de los servicios veterinarios.

Por este motivo, considera que estos locales, regidos por una norma comunitaria, deberían tener una específica y más concreta para desarrollar su actividad.

Los controles van más allá de las infraestructuras y las zonas de asentamiento de los negocios rodantes , ya que también hay un riguroso control del abastecimiento de alimentos (origen, etiquetado, comprobar que la cadena de frío no se rompa y la prevención contra insectos).

CASETAS DE OENEGES Hay otro tipo de casetas como las que instalan las asociaciones de vecinos u oenegés para un momento concreto, concediéndoles una licencia para ese día. En estos casos se vigila que no haya peligro.

Ahondando en el control de las ferias, Mata señaló que es importante la colaboración de los ayuntamientos, encargados de entregar a los inspectores (médicos, veterinarios, farmacéuticos) un listado de los establecimientos a los que se ha concedido permiso para ponerse en la feria. Asimismo, se les envía un informe indicándoles los requisitos que deben cumplir estos negocios: Tener autorización municipal y sanitaria, y carnet de manipulador de alimentos la persona que elabora y trabaja con los productos, entre otras referidas a las infraestructuras.

Y pese a admitir que no siempre reciben esa colaboración y que como inspectores su presencia no siempre es bien recibida ni su trabajo está bien visto, recuerda: "Nosotros velamos por la salud de todos, aunque a veces la población no lo perciba así y la vea como represiva".