"Si es que tenemos unos índices de natalidad más bajos que los del Vaticano, que ya es bastante...". Así se expresaba en un mitin reciente de la última campaña electoral en Villanueva de la Serena la diputada del PSOE en el Congreso, Marisol Pérez. Hablaba en el contexto nacional, pero Villanueva no escapa a esta tendencia, que también predomina en Europa, en cuanto a una bajada progresiva del índice de natalidad.
Y es que haciendo un repaso al número de nacimientos anotados en el Registro Civil de la localidad en los últimos cuarenta años, se puede observar que la cifra de nacimientos ha descendido tan vertiginosamente, que de los 546 registrados en el año 1960, se ha pasado a los 259 del pasado 2003.
Una cifra que supone el 59% por ciento menos de nacimientos. Un descenso de la natalidad que se ha ido fraguando en las cuatro últimas décadas.
En la década de los 60 la media de nacimientos fue de 413; en los 70 ésta bajó a los 312; en los ochenta siguió descendiendo a 306; en los noventa la media se situó en los 254 nacimientos; mientras que en los cuatro años del nuevo siglo, del 2000 al 2003, la media no se recupera, pues es de 236.
Con los datos en la mano, se puede observar que el frenético ritmo de nacimientos sólo aguantó el tirón durante los primeros cinco años de la década de los sesenta, situándose entre los 450 y los 500.
A partir de 1965 el primer dígito era el de la tercera centena, mientras que en 1975 se bajó ya por primera vez de los trescientos nacimientos, al registrarse exactamente 294.
Auténtico corte
No obstante, el verdadero corte se produjo en 1986, ya que desde ese año, y a excepción del olímpico 1992 en el que se contabilizaron 300 nacimientos, esta cifra no rebasó los trescientos.
La alarma saltó en 1998, que fue al año de las últimas cuatro décadas en el que se registraron menos nacimientos, con un total de 201. Desde entonces apenas se ha pasado de los 260 nacimientos, teniendo en cuenta que en 1999 hubo 223 nacimientos; 215 en el 2000; 251 en el 2001; 221 en el 2002 y 259 en el 2003.
