La instalación de los contenedores soterrados en la plaza de Maura, en Villanueva, ha empezado con polémica, la causada por algunos comerciantes que no quieren que los coloquen. Dicen que el centro no puede llenarse de contenedores, que no guardan la estética con el entorno y que la basura que no cabe se acumula en el exterior, dando una imagen que perjudicará al comercio. También se quejaron de la falta de información, puesto que supieron la ubicación cuando comenzaron las obras el lunes por la mañana.

Según narraron, cuando lo vieron, hablaron con el concejal de Comercio Manuel Mejías para que cambiará la ubicación, aunque, por la tarde, como seguían, cuatro comerciantes se metieron entre las máquinas para paralizarlas, con la consiguiente llegada de agentes de la policía local y levantando gran expectación.

Uno de ellos fue Pedro Yuste que explicó: "Tratamos por las buenas de llegar a un acuerdo para cambiar el sitio. Dimos otras alternativas. Y los han puesto por la noche". Dijo que se sintieron solos porque "hemos estado tres tiendas, en el medio, y como en la plaza de Tiananmen; todos nos han apoyado pero nadie se arrimó a echarnos una mano", lamentó.

Mejías señaló que el problema era con los tres comerciantes y no con todos. Explicó que la ubicación elegida es la única posible por los motivos técnicos que han regido la colocación del resto: "Que ningún vecino lo tenga a más de 250 metros de su domicilio y que nos encontremos los menos servicios afectados posibles". Sobre otro sitio, insistió en que cada contenedor tiene su área de influencia, mientra que sobre la acumulación de basura, reconoció: "Nos queda aún trabajo de concienciación porque recomendamos usar bolsas domiciliarias y no comunitarias como usan muchos vecinos". Recordó, finalmente, que Urbaser tiene un servicio gratuito de recogida de cartones y otros enseres para que no se dejen fuera de los contenedores.

Señaló no entender esta protesta porque "hacemos lo que en el resto de ciudades: quitar contenedores visto y soterralos", dijo que siempre han estado en superficie en la zona comercial, lo que era menos estéticos y "nadie se quejó", y afirmó que esta decisión no perjudica al comercio y que el número de contenedores se ha reducido un tercio.