El escritor dombenitense Andrés Retamal prepara un libro sobre las edificaciones vernáculas de Villanueva, cuyos primeras investigaciones dio a conocer ayer. Pretende ser un libro sobre urbanismo, "que utiliza la arquitectura para explicar mejor cada momento histórico", explicó.

El estudio parte desde el momento en el que la primera aglomeración de viviendas deja de pertenecer al señorío de Medellín para pasar a la Orden de Alcántara (1303). Será siete años después cuando se hace uno de los edificios más emblemáticos, la casa de la Tercia, hecha de medianeras y construida para cobrar los diezmos de la época. A pesar de su estado ruinoso, es una construcción sólida con bóvedas de cañón, informó.

El autor cataloga en estos primeros estudios tres tipos de casas, siendo las primeras las solariegas de los grandes propietarios, con techos y vigas de madera y con un doblado arriba que servía para aclimatar la vivienda (era como una cámara de aire) y como almacén para la producción del campo. Suelen tener porterías de piedra. Un claro ejemplo de este tipo de edificios está, dijo, en el número 6 de la calle Carrera, para él, la joya de Villanueva dado su antigüedad y estado de conservación. Los otros dos modelos son las casas enteras de labradores y las medias casas de los jornaleros.

En un capítulo de la obra también señala que la construcción de la iglesia de la Asunción y la llegada del ferrocarril introducen modificaciones en el estilo arquitectónico. La primera de manos de los trabajadores que participaron que traían nuevas técnicas que hizo que los sectores adinerados comenzaran a construir sus casas con bóvedas. Las facilidades para viajar en tren trajo innovaciones, la más significativa es la aparición de la industria, como el edificio de la antigua jabonera, el primero en tener calefacción y ascensor en Villanueva de la Serena.