El Museo Etnográfico de Don Benito expone en su sección La pieza del mes un revólver Lefaucheux con una longitud de cañón de 11 cm y calibre 9 mm. A mediados del siglo XIX, la necesidad de buscar un arma más segura espoleó el ingenio de Eugène Lefaucheux, que en 1854 adaptó el cartucho Lefaucheux, inventado por su padre, a los revólveres. También denominado cartucho de espiga o pinfire, fue el primer cartucho metálico que solucionaba los problemas de estanqueidad del cierre, además de proteger con mayor efectividad la munición de la humedad.