Luis Cáceres, más conocido en Don Benito como Remolino, es una de esas personas que cumplen todo lo que se proponen, y una vez más lo ha hecho. Afectuoso, espontáneo y, sobre todo, inquieto, este mecánico acaba de realizar un viaje de 1.800 kilómetros en un fin de semana para cumplir una promesa ante Santiago Apóstol, en Compostela. Y lo ha hecho con un Jeep Viasa de 40 años.

Entre él y su coche suman más de 100 años. Y es que esta reliquia, utilizada en su día por el ejército, se encuentra en perfectas condiciones de circulación, después de haber pasado por las manos de Remolino. Eso sí, mucha mecánica, pero este auto no tiene aire acondicionado. Su conductor tuvo que soportar en su interior temperaturas de hasta 45 grados.

Un reto

Este amante de los vehículos clásicos adquirió hace poco el jeep en Zaragoza, "estaba completamente destrozado y con la mecánica muy mala, pero tras repararlo hice la promesa de ir con él a Santiago, para comprobar si un coche de tantos años era capaz de pasar la prueba física de hacer casi 2.000 kilómetros". Así lo cuenta Remolino a la vez que no puede evitar emocionarse cuando explica que antes de marcharse, prometió a los presentes en la última concentración de vehículos celebrada en las Cruces, que pediría al santo por los dombenitenses.

Este viaje demuestra que es un hombre con recursos. Entre sus anécdotas cuenta que antes de llegar a Zamora, se le rompió la trasmisión trasera del coche. Lejos de acobardarse paró en un bar y pidió una lata de cerveza, aunque no porque tuviera sed. Cuenta que la cortó por la mitad y la colocó en el hueco de la transmisión con una abrazadera "quedando anulada la transmisión y conduciendo sólo con la delantera". Y así llegó hasta Don Benito.

Y es que la pasión por los clásicos hace que tenga lleno de vehículos antiguos el taller que lleva con su hijo. Remolino piensa ya en su próxima aventura. Aunque no lo tiene claro todavía, mira de reojo a una moto mobilette que hay en el taller y con la que quizá cumpla alguna otra promesa.