Los primeros resultados del denominado Simulador de edad desarrollado por la Universidad de Extremadura y el Ayuntamiento de Santa Amalia en colaboración con la empresa alemana Meyer Hentschel, concluyen que los que lo han probado han mejorado su actitud y comportamiento en el cuidado de los mayores. Lo han probado 280 personas de entre 18 y 60 años.

El dato lo dio ayer la investigadora principal del proyecto, Teresa Gómez, quien informó de que "los jóvenes han cambiado más su actitud. También, los que tienen personas mayores a su alrededor. Ahora, les comprenden mejor y saben que necesitan más ayuda", y recordó que lo que se pretendía era que los profesionales participantes conocieran de primera mano los problemas y limitaciones que conlleva la llegada de la vejez, algo que se ha logrado, ya que "a través de la experiencia, las personas se sensibilizan y entienden mejor los problemas del anciano".

El simulador de edad, de cuyos primeros resultados se informó ayer, es un traje de unos 6,5 kilos de peso que imita las dificultades habituales de una persona mayor y es fruto de un trabajo de investigación a cargo de un equipo dirigido por la doctora en psicología, Teresa Gómez.

Durante dos meses, eha recorrido diversas localidades y lo han probado especialmente empleados de centros geriátricos para conocer en propias carnes los achaques de la vejez, y aunque todavía no se ha completado el balance de estas pruebas, en opinión de Teresa Gómez, se ha confirmado la hipótesis que barajaban, "es decir, que ponerse el simulador hace más sensible al trabajador de una residencia a la hora de tratar a un mayor".

CARACTERISTICAS La prueba, de treinta minutos de duración, consiste en practicar un recorrido predeterminado por un centro de mayores, leer algún cartel, abrocharse botones o llamar por el móvil. El traje lo componen dos piezas, un mono y un chaquetón, complementadas de dos coderas de neopreno que se colocan a distinto nivel de ajuste y dos rodilleras del mismo material y cascón con un cristal amarillo a través del cual se ven distorsionadas las figuras. Además, tiene unos auriculares que simulan una sordera medio-leve y para dificultar la aprehensión de objetos guantes de algodón.

En septiembre se conocerán las conclusiones finales. Se pretende adquirir el traje con fines formativos para escuelas de profesionales sanitarios.