Esta tarde las grandes ciudades registrarán el segundo éxodo de agosto. Llega el puente del 15-A y los automovilistas se lanzan a la carretera. No todos son conscientes de que este fin de semana largo --comienza en viernes y marca el relevo ciudadano de los afortunados que disfrutan de las vacaciones-- es diferente al de agostos anteriores. La crisis económica, el aumento del precio de los carburantes, se siente al volante. Aunque no existen estadísticas al respecto, hay una mayoría de conductores que todavía desconocen los métodos para ahorrar combustible.

Con el precio del carburante por las nubes, no importa que se trate de gasolina o de gasóleo, emprender largos viajes en coche obliga a echar mano de la calculadora y de abrir una partida específica en el presupuesto de las vacaciones. Los precios varían unos céntimos arriba o abajo, según el tipo de carburante y el lugar donde se compre, pero todos están entre 1,12 y 1,4 euros el litro. Es decir, llenar el depósito sale por un pico de unos 60 euros. Los precios, las contaminantes emisiones de los carburantes y, sobre todo, los bolsillos que más sufren la crisis acogerán con apego los consejos para ahorrar combustible que dan organismos como la DGT (Dirección General de Tráfico).

PLANIFICAR LA RUTA Aunque sea una evidencia de perogrullo, hay que planificar la ruta para escoger el camino menos congestionado. ¡Qué más quisieran los miles de automovilistas que al inicio o al regreso de las vacaciones se ven enredados en las operaciones salida o retorno!. Pero bueno el consumo de combustible y las emisiones de CO2 se disparan en los atascos. Además, en recorridos urbanos y trayectos cortos, el índice de consumo puede llegar hasta 20 litros, más del doble que con tráfico fluido.

POCO EQUIPAJE El sobrepeso en el coche aumenta el consumo de carburante. Se calcula que por cada 100 kilos de peso extra, el motor chupa un 5% más. La baca es otro pesado lastre, tanto si está cargada como si no, ya que sube los niveles de acopio de carburante entre un 2 y 35%.

PEQUEÑOS DETALLES El aire acondicionado en marcha incrementa el consumo un 20%; llevar las ventanillas del coche abiertas, un 5%. Por lo tanto, mejor llevar las ventanillas cerradas y utilizar la refrigeración.

Al margen de estos detalles, para disminuir el consumo de combustible y, por lo tanto, ahorrar dinero, también es conveniente tener en cuenta otra serie de pequeños detalles. Este es el caso de la presión de los neumáticos, que debe ser la que aconseja el fabricante y que varía cuando el coche va con mucha carga o sin ella. Tener una presión de 0,3 bares por debajo de la aconsejada supone un incremento de consumo del 3%.

El correcto alineado de los neumáticos no solo evita el desgaste prematuro de la banda de rodadura, sino que también permite ahorrar carburante. Lo mismo que un motor bien reglado, los filtros bien revisados o la utilización del aceite adecuado. Todo vale en momentos de crisis. Seguir estos consejos, además, tiene un valor añadido, ya que ayuda a la economía global y a mejorar el medioambiente. Estos son, en la mayoría de los casos, factores externos que contribuyen a que el gasto y la contaminación sean más o menos importantes.

SUAVIDAD AL VOLANTE Cada conductor tiene una manera muy particular de desenvolverse con su vehículo, pero los que son finos y suaves tardan más en visitar las gasolineras.

El problema, desde este punto de vista, está en los que son bruscos o que pretenden emular a profesionales como Fernando Alonso. Apurar las marchas, dar continuos acelerones y frenazos, por ejemplo, son aspectos que disparan el consumo de combustible y la contaminación.