Que la arena la haga volar el viento es algo natural; que la arena vuele porque alguien corra, arrastre los pies o porque sacuda la toalla sin miramientos es muy molesto. Ir con cuidado con la arena es una de las normas no escritas para no acabar con una mirada reprobatoria de otro bañista. En caso de que sea padre hay que advertir a los niños de que no hagan carreras entre la gente. Si usted es el afectado, hable con los padres.