Existen todavía auténticos vuelos baratos, los que permitían realizar un vuelo entre ciudades europeas por uno o, como mucho, dos billetes de 20 euros. Las tasas, los impuestos y los recargos por combustible --debido al coste del petróleo-- se han multiplicado en los últimos años, pero aun así resulta posible realizar una odisea a través de Europa por un precio razonable: 555,03 euros por 12 vuelos en 24 días, 77 euros más de lo que costó el mismo viaje hace cuatro años, cuando se pagaron 477,82.

EL PERIODICO repitió virtualmente, con reservas a través de internet, la travesía paneuropea que realizó en el 2004. Solo se cambió uno de los destinos --Viena en lugar de Ginebra-- y las fechas de los viajes: de junio se ha pasado a octubre, que suele ser uno de los meses más baratos para coger un avión. Y de nuevo, todo el periplo sale algo más económico que, por ejemplo, la famosa tarjeta Interrail para viajar en tren por toda Europa, que cuesta para un mes 599 euros (aunque son solo 399 para menores de 26 años).

Porcentualmente, el aumento de 77 euros (un 16%) parece elevado, pero no es casi nada en comparación con la subida de las mencionadas tasas y recargos. Las compañías low cost han respondido rebajando las tarifas, hasta tales extremos que no solo se venden billetes por un precio básico de cero euros, sino que la aerolínea centroeuropea SkyEurope coloca una tarifa negativa de -1,51 euros. Junto con las tasas e impuestos de 22,74 euros, el billete entre Praga y Venecia cuesta así 21,23 euros, unas de las tarifas más baratas.

Menos de 20 euros

La única compañía, sin embargo, que sigue ofreciendo billetes por menos de 20 euros es Ryanair, gigante de los vuelos baratos que se ha propuesto ganar la batalla a los rivales en todas las rutas donde está presente. La ventaja --aunque a la vez inconveniente-- es que Ryanair evita los aeropuertos grandes cerca de las ciudades que, en según qué país, piden unas tasas mucho más elevadas que los aeródromos más alejados.

En España no hay diferencia en las tasas de los aeropuertos de Barcelona y Girona, por ejemplo, al ser todos gestionados por AENA, que pide 6,71 euros en todas sus instalaciones. En Londres, París o Bruselas hay importantes cambios que le permiten a la compañía irlandesa mantener más bajo el precio al volar a Stansted (20,05 euros) en lugar de Heathrow (28,10) o a Beauvais (12,13) en lugar de Orly (23,08).

Luego, cada compañía aplica el recargo de combustible según su gusto. Así, en un trayecto de unos 1.500 kilómetros, Ryanair cobra 11 euros para el combustible, Clickair 17, Vueling 26 y Transavia fija el recargo en 39,50. Donde muchas de estas aerolíneas low cost intentan buscar los ingresos es en recargos para facturar una maleta, escoger un asiento por internet o agilizar el proceso del check in.