Extremadura exporta solidaridad y experiencia en catástrofes. Un equipo formado por un técnico de Protección Civil y dos bomberos de la organización SOS Extremadura acaba de regresar de Argelia, donde ha participado en misiones de rescate tras el desastre sísmico. Los tres han descrito a la llegada un panorama "desolador" y aunque lamentan no haber podido protagonizar el rescate de ninguna persona viva, vuelven con el sentimiento del deber cumplido. Su regreso coincidía ayer con un nuevo terremoto cerca de Argel, que provocó más víctimas.

Manuel Monago, técnico de Protección Civil, y los bomberos Ricardo Royano y José Antonio Jiménez llevaban con ellos dos perros adiestrados en la búsqueda de personas, Toulouse y Eros, así como un geófono, un detector sísmico acústico con cámara infrarroja de televisión, para localizar cuerpos sepultados. Este aparato es uno de los pocos que existen en España y fue adquirido por el Ayuntamiento de Badajoz después de la trágica riada de noviembre del 97. "Los perros han hecho una gran labor", contaba orgulloso Royano.

INMEDIATEZ

Estos tres voluntarios fueron avisados por la Dirección General de Protección Civil de la catástrofe de Argelia y se mostraron dispuestos a partir de inmediato. Salieron de la base aérea de Getafe en dos Hércules que transportaban al contingente español, integrado por 83 personas. Su destino fue Boumerdes y su pedanía Corso, las zonas más afectadas por el terremoto. Allí mismo, los días 24 y 25 sufrieron pequeñas réplicas. En estos lugares fueron testigos de la pobreza de la población y de la inseguridad del personal cooperante. Las líneas eléctricas estaban inutilizadas y tampoco había teléfono, sólo podían disponer de los móviles vía satélite que tenían algunos periodistas "que te hacían el favor", contó Monago. El idioma parece que no fue un problema, porque tenían nociones de francés, pero sí la moneda, aunque las tiendas estaban cerradas.