Tres vecinos de un suburbio se ven superados por sus problemas con la tecnología y las redes sociales. Con la ayuda de un pirata informático, deciden declarar la guerra a los poderosos gigantes tecnológicos. Tal vez su batalla esté perdida desde el principio, pero nunca se sabe…

“Es la décima película que hago con Gustave, somos amigos y cineastas que trabajamos juntos, y nuestras películas están realmente inspiradas en nuestras vidas. Comenzamos con AALTRA, de regreso a casa en la zona de Picardía, en el campo, y nuestro propósito era terminar algún día en Mauricio, donde nació Gustave. Habíamos tratado de hacer precisamente eso en varias películas sin lograr nuestro objetivo, ¡y ahora aquí estamos!. Como esta película trata sobre la globalización descontrolada, pensamos que por fin teníamos la oportunidad de ir hasta Mauricio con esta epifanía: el hombre es el dodo de la inteligencia artificial (*Nota: una escena de la película explica que el dodo es un gigante de Mauricio que se extinguió debido a la actividad humana). Al igual que el dodo, el hombre cree que es el rey del mundo y que no está amenazado por ningún depredador, pero inventó la inteligencia artificial, que es mucho más poderosa que él, y ahora podemos ver las señales de lo que está sucediendo. Presentimos que puede terminar mal”. Benoît Delépine

“Todos los días, incluso antes de que consideráramos hacer esta película, Benoit y yo nos llamábamos y hablábamos sobre cómo estábamos abrumados por los increíbles giros y vueltas de la vida de hoy. Por ejemplo, todavía no entiendo por qué debería pagar 60 € por mi plan de teléfono cuando veo anuncios de planes de 20 € por todas partes, y no importa con qué frecuencia llamo a la línea de ayuda de la empresa, me dicen que tengo un plan decente. Sigo teniendo la incómoda impresión de que nos toman el pelo. Con la tecnología digital, los servicios públicos tienden a cerrarse y los efectos se notan más en las zonas rurales que en las grandes ciudades. Cada vez es más difícil encontrar una oficina de correos, un médico, un hospital, todos esos servicios cierran uno tras otro”. Gustave De Kervern