Los ciegos es un texto simbolista que pertenece al teatro estático de Maeterlinck. Este autor se opone al simbolismo de carácter preconcebido, la abstracción intelectual o la alegoría. Para Maeterlinck el simbolismo surge a pesar del artista. En un bosque de basura del primer mundo los personajes se enfrentan al terror existencial de la disolución de yo tras la muerte; o a su otra cara, el momento previo a la vida. En Los ciegos no hay verdades absolutas ni un significado unívoco, solo la intuición puede dotar de unidad de sentido al espectáculo.