La cría puede tomarse desde una dimensión simbólica, en donde ésta representa nuestros íntimos miedos o bien aquello a lo que nos aferramos y los extremos a los que nos puede empujar la devoción por retener lo que en muchos casos deviene ilusorio.
¿Pero qué sucedería si se tomara de una manera literal? Si en un contexto donde hemos arrasado con la naturaleza, le hemos dado la espalda, ella nos la diera también y la abundancia de recursos a las que hemos estado acostumbrados llegara a su fin. ¿Cómo reaccionarían nuestras psiques, nuestros organismos? Adónde se conduciría este conjunto llamado humanidad?
En lo personal es un halago que este texto rebase la frontera y cobre vida en El Desván, bajo la mano de Domingo Cruz.