Humor cien por cien de gesto elocuente. La obra conjuga la prosa de la mímica, el talante del payaso mediterráneo y el efectismo cinematográfico de aquellos Chaplin y Keaton.

"Sombras de la ciudad, allí donde se ubica el reino de los desheredados".

"Dos personajes se van modelando en una relación cada vez más entrañable. La Calle, entre la indiferencia y la amenaza, permanece ajena o muestra su agresividad a estos antihéroes de la modernidad, que cimentan un mundo propio, indemne del ruido y de la prisa, del egoísmo y de una ética ayuna de valores solidarios".