Medea, la princesa maga de la Cólquida, la que fue esposa de Jasón y mató a sus hijos por desamor, la que tuvo que huir de Corinto, Atenas y Asia Menor, acosada por humanos y dioses, objeto de la furia de Zeus, va a la deriva en un enorme bloque de hielo que mengua día a día, camino de un destino desconocido. Pero esta no es su única angustia: es un ser inmortal y no puede morir, ni por su propia mano. Está condenada a vivir hasta el fin de los días.