La rica ciudad estado de Venecia, centro de una prosperidad sin precedentes a partir del siglo XIV, brinda a Shakespeare un marco excelente donde situar el engranaje de los temas que quiere reunir. El Mercader activa una profunda complejidad de puntos de vista que se interrelacionan a partir de un mismo núcleo: la turbulenta expansión del poder económico y su impacto en las relaciones humanas. La usura, la riqueza, el odio recíproco de culturas que conviven, la vulnerabilidad del extranjero y la utilización perversa de la ley conforman una mirada sobre la génesis del sistema capitalista y el nacimiento de la banca, en el sentido moderno del término. Shakespeare salta de la comedia a la tragedia de manera vertiginosa, con una ironía nada evidente y altamente eficaz para retratar la totalidad del sistema social. Konrad Zschiedrich, especialmente interesado en los conflictos de esa naturaleza, ha trabajado para construir una versión esencial que se concentra en los movimientos del capital y el sentido del dinero y de la ley.
Con el Mercader, Shakespeare anticipa la irrupción de una sociedad individualista, dominada por el poder económico.