La ritualización pagana del culto al sol como renovación ancestral del fuego purificador de las almas y de las propiedades beneficiosas dentro del ciclo anual cauriense en el que, con la caída definitiva del crepúsculo sobre los caserones de la parte antigua de la Ciudad de Coria, la alegría y la tradición se derraman sobre la mojada arena de la Plaza de Toros rememorando los ancestrales ritos de la cultura celta vettona. Es la “Quema del Capazo”, instante en el que la magia y el mito se conjugan con el sacrificio y el fuego a la entrada del solsticio de verano en tan misteriosa noche del calendario lunar cristiano. Momento en el que la concurrencia, animosa, se dispone a venerar al fuego bailando y saltando en torno a esta espléndida hoguera plena de poético y ritual significado simbólico de culto ígneo.