Enamorarse de un hombre veinte años menor y encerrarse en una habitación a esperar su llamada puede parecer una salvajada. Esto puede convertirse en una vieja estampa de amor o en un punto de partida para empezar a desmitificarlo. Es una historia de ocho encuentros, con mezcla de recuerdos y canciones que se proyectan en una frágil correspondencia. No queremos ni un disfraz, ni una máscara, sino su esencia como mujer. Un salto constante entre el actor y el personaje. Ella se ha cansado de esperar y ya no cree en el amor como lo hacía antes, ahora lo ve como un simple capricho.

Querido Capricho nos habla de la espera, del miedo a que no vuelvan a decirnos te quiero, de un amor no correspondido, de un amor intergeneracional. El mundo de Amanda se ha quedado reducido a una habitación “sin puertas” y un perro que no deja de ladrar, Hércules. Esta espera es similar a la del personaje de Penélope o al de La voz humana de Cocteau. Sin embargo, en esta ocasión quisimos que hablara con sus amigas, las chicas. Que hable, con nuestra propia mujer.

​Dicen que el amor lo vence todo, pero es el tiempo el que vence al amor.