Después de 16 años viviendo en España, Fatimetu vuelve a su patria para asistir al entierro de su madre. Allí se reúne con sus hermanos: Jatri, que espera su primer hijo, y Hayat, que es minusválida. Jatri le dice que ha heredado la jaima familiar y la obligación de hacerse cargo de Hayat. Fatimetu acepta de mala gana, pues, no sabiendo cuidar de sí misma, ¿cómo se hará cargo de su hermana? Para salir adelante, compra con sus ahorros un todoterreno usado para distribuir alimentos en las distintas Wilayas. Hayat le será muy útil actuando como guía. Gracias a su trabajo entran en contacto con la nueva generación saharaui; conocen la vida de Said, cuyo padre se fue a España y no ha regresado, la de la joven Amal, que regresa de Cuba a la Wilaya para casarse con su primo, por indicación de sus padres.