"El montaje es saber contar historias con imágenes que han grabado otras personas". Así define a EFE su trabajo Alberto del Campo, responsable de dos de las series más laureadas del último año: 'Patria' y 'Antidistubios'.

A pesar de que el trabajo de los montadores suele pasar muy desapercibido para el gran público, su labor es fundamental para conseguir una buena película o serie. "Nosotros lo que hacemos es poner en imágenes un texto escrito que ha cobrado vida gracias a los actores y al rodaje, y esa labor es muy difícil de valorar, por eso creo que tiene poco reconocimiento", apunta.

Tras irrumpir en el panorama nacional con 'Stockholm' en 2013, tener en su haber dos Goyas por 'Que Dios nos perdone' (2017) y 'El reino' (2018), y nominado al Óscar por el corto 'Madre' (2019) como productor, Del Campo (Soria, 1981) confiesa que su trabajo "es tranquilo", ya que "transcurre en una sala lejos del ajetreo de un rodaje".

"Me costaría mucho hacer mi trabajo y cortar planos si viera en directo el esfuerzo que suponen"

Pero "no es fácil" hilvanar las escenas, realizar cortes, añadir y pulir secuencias sin perder el alma que buscan los directores, reconoce.

Por eso prefiere mantenerse al margen de los rodajes para poder hacer su trabajo de una manera objetiva: "Me costaría mucho hacer mi trabajo y cortar planos si viera en directo el esfuerzo que suponen, las horas extras de rodaje y el coste económico. Prefiero tener una mente limpia que me permita decir esta secuencia es muy bonita pero no tiene sentido y quitarla sin problema", detalla.

El montador se siente "muy afortunado" de haber podido participar en el trabajo de las dos series más laureadas del pasado año, "Patria" (Aitor Gabilondo, Félix Viscarret y Óscar Pedraza) y "Antidisturbios" (Rodrigo Sorogoyen), e incide en que a nivel "personal y profesional ha sido un gustazo y ha marcado una evolución".

"'Patria' fue mucho más difícil de montar que 'Antidisturbios'"

Ambas series han sido tratadas a la hora de producción y rodaje como una película, es decir, han tenido "la libertad de trabajar" como querían, lo que les permitió "arriesgar" y poder "probar cosas diferentes". "'Patria' fue mucho más difícil de montar que 'Antidisturbios', por la sencilla razón de que está contada en dos tiempos, pasado y presente, y con un pasado que encima avanza. También hay muchos personajes, muchos hilos internos narrativos, por lo que fue complicado montar y seleccionar todas las secuencias para que transmitiera aquello que queríamos. La dificultad estuvo ahí en plasmar bien todos los sentimientos que tienen los personajes", explica.

De "Antidisturbios" destaca que al ser más lineal la narrativa fue más sencilla. "La dificultad aquí estaba en que es una serie que imprime mucha tensión, los capítulos son muy frenéticos para generar la adrenalina que viven los protagonistas en ese momento. Se nos atragantaron un par de secuencias, pero entre los tres montadores pudimos solventarlo rápido", cuenta.

Porque en las series suele haber varios montadores debido al mayor volumen de trabajo respecto a un largometraje.

"Vamos trabajando en capítulos alternos. Luego, también hay diferencias entre series. Están las de plataforma, muy cuidadas y que se asemejan ya a una película, y las de sobremesa, que van más rápido y no tienen tanto tiempo de montaje", precisa.

El montador, que entró en el mundo audiovisual queriendo ser director, afirma que "gracias a las nuevas tecnologías" su trabajo es "más fácil" de realizar, ya que no es necesario que estén todo en el mismo espacio-tiempo, sino que pueden trabajar desde la distancia. Algo que, en parte, ha permitido seguir con su trabajo durante la cuarentena por el coronavirus.

Del Campo sabe mucho de cine y siempre está listo para coser las historias sin que el espectador lo note. Ahora está embarcado en 'Historias para no dormir', la nueva versión de la emblemática serie española de Chicho Ibáñez Serrador.