El ala izquierda de la política estadounidense siempre puede ser discutida desde parámetros europeos. A veces parece más centroderecha. No es el caso de Susan Sarandon, presente estos días en Barcelona para recibir el premio de honor del BCN Film Fest. Este lunes (cines Verdi, 19.30) conversará con los asistentes a la proyección de 'Thelma y Louise', película de 1991 convertida en una de las banderas cinematográficas del nuevo feminismo. Sarandon representa realmente al izquierdismo de Hollywood. 

Su discurso sobre la América actual es contundente. Ella, que en su momento apoyó a Barak Obama, se muestra muy crítica con la actual presidencia de Joe Biden y alerta sobre la “resurrección” de Donald Trump: “Que vuelva a ganar las elecciones es realmente una posibilidad muy grande”, nos comenta en un encuentro reducido con algunos medios de comunicación. “Después del accidente ferroviario del pasado febrero en Ohio, Trump fue al lugar de la tragedia. Biden no lo hizo y está perdiendo el apoyo de la clase media trabajadora, que se siente otra vez muy insegura. No tiene buena pinta. La gente está muy enfadada y se pregunta porque el gobierno gasta tanto dinero en armamento para la guerra de Ucrania cuando la sanidad en Estados Unidos está tan mal”.

Más contundente, imposible. Pero es que además, gracias a títulos como ‘The Rocky horror picture show’ y ‘El ansia’, Sarandon acabó convirtiéndose en un icono para los colectivos LGTBIQ+. Le gusta la idea de que canciones como ‘The creature of night scene’, de la banda sonora de ‘The Rocky horror picture show’, se hayan convertido en emblemas de los colectivos homosexual y trans, y que ‘Thelma y Louise’ “sea un símbolo del feminismo, fue un rodaje espléndido, conduciendo por la carretera, el Gran Cañón, trabajar con otra actriz, lo que supone el filme a nivel ideológico”. Sarandon es consciente de que hay que tener cuidado con lo que ruedas, la forma de representar en una pantalla determinados estereotipos, la violencia, la homofobia. El cine, para mal, amplifica los lugares comunes más reaccionarios.

El inicio del #MeToo

“Históricamente, sin duda”, contesta cuando se le pregunta por si puede considerarse 'Thelma y Louise' un filme precursor del movimiento #MeToo, aunque recuerda lo que está pasando en lugares como Texas con la gente trans y asegura que estamos peor que antes. Sarandon aboga por las películas de liberación que luchan contra la vergüenza que determinados colectivos aún sienten por expresar sus decisiones y modos de conducta.

No es de extrañar, en este sentido, que se defina, por este orden, "madre, activista y actriz". ¿Activista antes que actriz? "Mantengo este orden de prioridades, madre siempre, y activista más tiempo que actriz". Su hija Eva está casada con un jugador de 'soccer', y de eso también controla y opina: "La audiencia del fútbol femenino en Estados Unidos es superior a la del fútbol masculino".

De Billy Wilder a las hermanas Wachowski

Ha trabajado con directores notables: Billy Wilder –en una de sus primeras apariciones, 'Primera plana' (1974)–, Ridley y Tony Scott, Louis Malle, Paul Mazursky, Georges Miller, las hermanas Wachowski, Tim Robbins –su pareja desde 1988 hasta 2009–, Robert Benton, Oliver Stone, Peter Jackson o Robert Redford. Aunque ha estado involucrada como productora en algunas de las series y películas que ha interpretado, caso de ‘Feud’, donde dio vida a Bette Davis, no le atrae la idea de dirigir: “No he sentido por el momento el deseo de hacerlo. No lo pasaría bien. Requiere demasiada paciencia. Ya llevo ‘dirigiendo’ a mi familia desde hace años”. 

 ‘Thelma y Louise’ es uno de sus trabajos más icónicos, pero en su obra destacan títulos como 'Pena de muerte', de Tim Robbins, por el que ganó el Oscar en 1996 en la que era su quinta nominación. La elección de filmes de esta índole está asociada a la idea que tiene Sarandon de transmitir mensajes importantes con el cine. Recuerda la gran libertad que supuso ‘The Rocky horror picture how’ y la conexión establecida con su personaje de ‘Pena de muerte’, la monja que empatiza con un delincuente en el corredor de la muerte.

Destaca películas suyas como ‘Pasión sin barreras’ (1990), sobre la relación entre dos personajes separados por la edad y las diferencias culturales, y una muy poco conocida, ‘3 generaciones’ (2015), en la que interpretó a la madre de una madre soltera (Naomi Watts) cuya hija transgénero (Elle Fanning) quiere realizar el cambio de sexo, “un filme importante para gente que está confusa con el tema de la transición sexual”. Coherente siempre.