Ya lo dice el refrán: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". No se trata de apuntarte a esta máxima así como así, sino de llevar una alimentación sana, equilibrada y con la aportación de todos los nutrientes necesarios para tu día a día. Si, además, consigues perder peso o, al menos, no ganarlo, garantizas el éxito en tu alimentación.

Sin embargo, sí es cierto que el contenido de la cena debe ser el más ligero porque no habrá tiempo para quemar calorías y no conviene irle a la cama con el estómago cargado.

Pero, además, resulta que, al llegar la noche y tras una jornada intensa, lo que menos apetece es ponerte a cocinar. Por ello, te proponemos unos menús fáciles y rápidos de elaborar; ideales para mitigar el hambre e idóneos para no sufrir pesadillas.

Los menús

Como primera opción, te sugerimos una ensalada de espárragos y tomates, a la que añadimos pipas, nueces y tofu. El espárrago cuenta con un alto contenido en fibra, además de folatos, provitamina A y vitaminas C y E. Con los frutos secos aportamos grasas saludables, omega 3 y con el tofu proteínas.

Otra opción son tomates rellenos de lentejas con mozzarela. Se trata de un plato con hidratos de carbono gracias a las lentejas y proteínas gracias al queso. El bajo valor energético del tomate le convierte en un alimento fundamental antes de dormir. Las grasas insaturadas las aporta el aceite de oliva virgen extra.

Para la cena también resultas muy convenientes los revueltos. Nuestra elección es el de gambas y champiñones porque el crustáceo aporta una importante cantidad de proteínas y el hongo un excelente aliado para adelgazar por su escaso aporte calórico. De las proteínas se encarga el huevo. Le puedes dar el último punto a este plata con perejil picado, que va cargado de calcio y vitamina C.

Si eres de los que le gustan cocina y no te incomoda arremangarte en la cocina, te recomendamos un salmón con verduras. El pescado aporta proteínas y grasas saludables (ácido omega 3) y verduras como zanahoria, pimiento, cebolla, judías verdes, puerros… son perfectas como acompañamiento por sus vitaminas y fibra.

También presentamos la tortilla como una alternativa. Puede ser una simple tortilla o con sorpresa y esta puede ser verduras, jamón de york o atún en su jugo. Entre las verduras, las mejores son los pimientos, tanto rojo como verde, que, además de las proteínas, son fuentes de antioxidantes.

Y si prefieres algo caliente, lo mejor: una crema de calabacín. Perfecta para cualquier época del año porque se puede degustar fría o caliente. Además, del calabacín, añade cebolla y patata, y añádele un poco de nata o queso.

Y como colofón a estas sugerencias, un sándwich vegetal, que debe contener tomate, huevo duro, lechuga picada, atún y un chorreón de aceite de oliva