Las tartas sin horno son un clásico de la repostería, dulces y de textura agradable, ideales para celebraciones o, por qué no, para darle un capricho a los paladares golosos. Una de las recetas más conocidas y extendidas de este tipo de postres es la tarta de queso. Y, si ya de por sí son un dulce que hace las delicias de mucha gente, imagina si además se le añade el toque de sabor que proporciona el pistacho, uno de los más populares frutos secos.

La combinación de ambos da como resultado una tarta incomparable. No está excesivamente dulce, e incorpora un toque salado que le da complejidad y profundidad a su sabor, realzado por el delicioso gusto que aporta el pistacho. Además, comparte con otras tartas sin horno su agradable textura cremosa. Y, por si fuera poco, todo se ve magnificado si la acompañamos de un sirope de fresa, o tal vez algo de mermelada, que contrasta perfectamente con el toque del queso y los frutos secos.

La receta que traemos hoy está pensada para conseguir una tarta de unos 20 centímetros de diámetro, lo que daría para unas diez porciones. Y, como no abusa del azúcar, cada una de esas porciones tendrá poco más de apenas 40 calorías. Eso sí, para conseguir el sabor ideal, debes usar puré o pasta pura de pistacho. Y, si lo encuentras, que sea de pistacho siciliano (también llamado pistacchio di Bronte).

Ingredientes

Para la base

  • 140 gramos de galletas
  • 60 gramos de mantequilla
  • Una pizca de sal
  • Un pellizco de canela

Para la crema

  • 500 gramos de crema de queso
  • 200 gramos de nata para montar
  • 2 hojas de gelatina
  • 100 gramos de azúcar
  • 100 gramos de puré o pasta pura de pistacho

Para decorar

  • Pistachos tostados y salados
  • Sirope o mermelada de fresa

Preparación

  • Empezamos preparando la base. Metemos las galletas en la trituradora junto con la mantequilla, la sal y la canela.
  • Cuando estén reducidas a una pasta, la colocamos en un molde y aplicamos presión contra el fondo y los bordes, de forma que quede bien compacta. Metemos el molde en la nevera y reservamos.
  • Después, la crema. Empezaremos poniendo a remojo las hojas de gelatina en agua fría durante unos 5 minutos.
  • Calentamos en el microondas 100 gramos de nata durante unos segundos y después añadimos la gelatina una vez escurrida. Removemos bien. Debe disolverse perfectamente.
  • Mezclamos la crema de queso, el azúcar, la pasta de pistacho y lo que quedaba de nata. Incorporamos la mezcla de nata y gelatina y removemos hasta que quede una crema suave.
  • Cuando la crema esté lista, sacamos la base que estaba en la nevera y la vertemos sobre ella con una cuchara, procurando repartirla bien. Alisamos la superficie con la cuchara.
  • Decoramos con los pistachos tostados y salados.
  • Metemos la tarta a enfriar en la nevera durante unas 4 horas.