La próxima edición del Festival de Eurovisión, prevista para el próximo 24 de mayo en Riga (Letonia), pende de un hilo, que la Unión Europea de Eurovisión (UER, que organiza el concurso) intenta por todos los medios que no se rompa.

Guntars Kukuls, alcalde de Riga, comunicó ayer a los responsables del certamen en la televisión pública letona (LTV) que las arcas municipales no están en condiciones de aportar los 1.076.000 euros (179 millones de pesetas) que prometió el año pasado para el evento. Según Kukuls, sin este apoyo económico, y ante la imposibilidad de conseguir otros, la decisión está en cancelar el show o pedir a la UER que lo traslade a otro país.

Pero en la UER aseguran que el certamen se celebrará en Riga, y en la fecha prevista. Desde el gabinete de Sarah Yuen, la directora del festival, se indicó a EL PERIODICO que los problemas financieros del Ayuntamiento de Riga "no tienen nada que ver" con la organización del evento.

CONTACTOS DE TRABAJO

Ayer mismo, la red Eurovisión, con sede en Ginebra, mantuvo los habituales contactos de trabajo con la televisión letona y, según estas fuentes, en ningún momento se habló de la cancelación de la cita.

Mucho más explícita fue la jefa de Relaciones Internacionales de LTV, Ilona Berzina, quien explicó que, efectivamente, el Ayuntamiento de Riga tiene serios problemas financieros.

Según la directiva, el consistorio de la capital letona había comprometido cerca de un millón de euros para el evento, pero sólo una pequeña parte de esta cantidad iba a ser destinada a la organización del concurso musical. Y es que, básicamente, este dinero pretendía contribuir a la organización de un programa de actos culturales paralelos a la celebración del festival en Riga.

Berzina explicó que ayer por la mañana hubo una reunión entre el Ayuntamiento de Riga y la LTV en la que se acordó reducir la cantidad aportada inicialmente por el consistorio para esta programación cultural.

El montante exacto de la reducción se hará público el próximo viernes. De este modo, y siempre según la UER, el festival de este año queda mínimamente afectado por la crisis financiera de la capital y continúa contando con la aportación del gobierno letón, que asciende a 5,3 millones de euros (unos 880 millones de pesetas), y que está realizando en diversos plazos.