Cádiz, Badajoz, Valladolid, Madrid, Valencia, Barcelona… Pesadilla en la cocina viaja de nuevo por todo el país para intentar reflotar restaurantes necesitados de mano firme y de una buena orientación. Y lo que encontrará en cada uno de estos lugares será tan dispar como los propios destinos de su periplo: duelo de egos, dejadez absoluta, conflictos personales llevados a lo profesional, batallas provocadas por personalidades indomables o dueños y empleados insolentes que podrán llevar a Alberto Chicote hasta el límite.

Atresplayer Premium, la plataforma de contenidos televisivos on line estrena hoy los nuevos episodios antes de su llegada a la Sexta. Esta temporada arranca el curso viajando a Jerez de la Frontera para intentar reflotar un mosto, es decir, una de esas ventas de campo que ofrece vinos y gastronomía de la tierra.

En el primer programa de la temporada, Alberto Chicote debe correr detrás del dueño de un restaurante que escapa de los problemas que acumula su local.

Chicote viaja a Jerez de la Frontera para intentar salvar el Mosto Tejero, un local que forma parte de la ruta del mosto, muy popular en la zona, que, tras décadas de esfuerzo y alegrías en el campo de la gastronomía, hoy se encuentra en horas más que bajas y con un pie muy cerca del cierre.

Al frente del negocio está Juan, Juanete para los amigos, un dueño muy particular que define su propio restaurante como «una sesión de Almodóvar». El propietario se pasa el día alternando con sus amigos; dueño y empleados tienen miedo a cocinera y los gritos entre unos y otros están a la orden del día. Por no hablar de la calidad de la comida, que deja tanto que desear que hay comensales que abandonan el restaurante sin ni siquiera probar los platos.

ÚLTIMA OPORTUNIDAD / Juan se encuentra al límite. La llamada a Chicote es su última carta. Pero al cocinero no le resultará fácil: tendrá que intervenir entre dos camareros que llegan a las manos y asistirá al intento de abandono de uno de los empleados.

Además, Chicote se verá obligado a correr detrás del tractor en que el dueño del Mosto Tejero, en medio de un servicio, decide escapar de los problemas con el local, lo que provocará que Alberto se meta en el barro hasta las rodillas para hacerle entrar en razón.