El programa 'Un país para escucharlo' de TVE recorrió anoche tierras extremeñas para descubrir sus músicas y paisajes. El artista de Badajoz Nacho Campillo, de Tam Tam Go, actuó como guía. Con gran seguimiento en directo y después gran repercusión en redes sociales, el músico Ariel Rot y el propio Nacho Campillo realizaron su ruta desde Cáceres para seguir después a Mérida y ser testigos de la irrupción en su teatro romano del blues de Susan Santos y Gecko Turner. Este último habló en el programa del 'soul afromeño' que no es otra cosa que soul desde Extremadura mirando a África, estilo que conforma su música. También la poesía musical de Duende Josele tuvo un hueco en el programa con actuación y entrevista el acueducto de Los Milagros de Mérida.

Gene García cantó un tema desde la Alcazaba de Badajoz. Su música de jazz con un acompañamiento de bajo y el chasquillo de sus dedos, retumbaba las paredes de esta fortificación al anochecer mientras podían verse las paredes que conforman las casas coloradas de la Plaza Alta.

Por su parte, en Olivenza, se pudo ver el impacto del folklore de 'la raya' con el grupo musical Acetre, con actuación incluida en el Puente de Ayuda de su tema 'Al Ponets' y el relato por parte de José Tomás Sousa de lo que significa el puente que separa España y Portugal a través del río Guadiana. También hubo hueco para una entrevista del productor musical clave en la movida madrileña como es Paco Trinidad en Mérida. Oriundo de Alange tuvo un papel vital en el descubrimiento y promoción de varios grupos de música de los ochenta.

La naturaleza y el arte moderno de Los Barruecos, en Malpartida de Cáceres, pudieron ser sonorizados por la canción de autor temporal de Pablo Guerrero y la voz de la joven Bambikina. Pablo Guerrero interpretó su tema 'A cántaros' en el Museo Vostell Malpartida aunque le confesó a Nacho Campillo que anda más apartado de la música y más centrado en la poesía.

Programa 18: Extremadura Programa 18: Extremadura

El programa también fue testigo del grupo de punk infantil Ramoninos y vivió una noche de flamenco en la Plaza Alta de Badajoz de la mano de La Kaita y Guadiana, invocando el espíritu de Porrina de Badajoz. El recorrido por las calles del casco antiguo de Badajoz de la mano de La Kaita fue sublime explicando cómo era la ciudad antaño cuando la Plaza Alta estaba llena de gitanos y rezumaba arte y flamenco, de donde nacieron los tangos extremeños y los jaleos.